Lic. Julio Abanto Ll.
Más allá de la historia oficial, aquella que
nos recuerda celebrar cada 28 de julio la
independencia del Perú. Tratemos de entender el asunto desde una mirada crítica y que nos recuerda que, a pesar de la proclamación
política que nos separó del dominio español nuestro país quedó a merced de una
clase dominante, en la construcción de una nación, donde, hasta hace poco la gran
mayoría indígena no tenía ningún derecho.
El proceso de conquista no fue fácil, bastó
poco tiempo para desatar las ansias de enfrentar al opresor conquistador
español.
Imaginemos al ejército rebelde liderado por Manco Inca. La estrategia
atacar de manera paralela la ciudad de Lima y el Cusco. El mes de agosto de
1536, los campos de cultivo que rodean el cerro San Cristóbal se colmaban de
miles de guerreros al mando del valiente capitán general Quizy o Kisu Yupanqui,
según refiere Huaman Poma, heredero de los reyes yarovilcas.
Sus recientes hazañas, iniciada la campaña, le
propinaban una gran gloria, asentado con 20.000 guerreros había derrotado a
cuatro expediciones españolas que se dirigían a brindar apoyo a la sitiada
capital cusqueña.
Dos aspectos determinaron la resistencia de Lima,
la alerta que recibió la quinta expedición por parte de dos soldados
sobrevivientes y la demora del ejército
en reclutar más soldado en el valle de Jauja.
La hazaña es épica, se menciona que la cruz de
madera sembrada por Pizarro en la cumbre del San Cristóbal fue quemada y que la
escasa población de la poca protegida ciudad sentía que la derrota y la toma de
Lima estaba asegurada. El valiente capitán cusqueño fue muerto cuando entraba a
las calles de la ciudad, sobre el responsable existen varias versiones que no
vale precisar, entre la confusión de un ejército sin líder y la férrea
resistencia de los españoles, el ejército rebelde se replegó hacia la sierra y
siguió de manera amenazante persistiendo retomar su ataque.
Muerte de Kisu Yupanqui a manos del capitán Luis de Ávalos de Ayala según Huaman Poma. |
Mucho tiempo después, el año de 1713, varios
esclavos prófugos de haciendas, cansados del brutal maltrato y el trabajo
forzado conforman, en la pantanosa zona de Huachipa, un Palenque. El palenque
era una especie de villa fortificada, bien organizada por una estructura que
comprendía los cargos de alcaldes, generales, capitanes etc. Uno de sus jefes
más representativos fue Francisco Congo conocido por el alias de “Chavelilla” (Duque,
2013;245).
Chavelilla un esclavo que fugó de la haciendas de
Pisco, se encargó de reclutar cimarrones, organizar el palenque y su
aprovisionamiento, así como coordinar las acciones militares contra españoles y
las haciendas cercanas del valle de Lurigancho, nunca atacaron a los indígenas
locales ni a otros esclavos.
El mes de agosto del año en mención, el corregidor
de Huarochirí, Martín Zamudio de las Infantas armó una milicia con el apoyo de
los hacendados y bajo el mando de García Mogollón, se encargaron de atacar el
palenque
La incursión fue agresiva y duro 12 horas
aniquilando a los negros rebeldes y apresando a Chavelilla y varios jefes. El
cimarrón encontró un trágico final en la plaza mayor de Lima donde fue ahorcado
y descuartizado.
Quiero detenerme para hacer referencia de dos
acontecimientos importantes, desarrollados en la provincia de Huarochirí, el
primero sucede en 1750 y que ha suscitado uno de los estudios más reveladores
del accionar indígena en los proceso de resistencia. Francisco Inga y Pedro de
los Santos se sublevan y asesinan al corregidor (Morales, 2002). La larga
historia se inspira en el levantamiento de Juan Santo Atao Wallpa y tiene entre
sus inesperados traidores la confesión que hiciera a un cura uno de los indígenas
conocedores de plan, lo interesante del caso es el testimonio directo del
Francisco de Melo, español pobre que venía haciendo labores mineras, amigo de
indígenas conocedor de su lengua, su diario es el documento más impactante de
toda esta hazaña.
El segundo acontecimiento, se realiza el 17 de
Julio de 1783, consiste en la sublevación del mestizo Felipe Velazco quien se
proclama como Tupac Inca Yupanqui y estuvo secundado por Ciriaco Flores ambos
son capturados y sentenciados a la horca en Lima. Felipe Velazco quien se
supone descendiente de José Gabriel Condorcanqui “Tupac Amaru II”, le comento a
un confidente:
“…que se habrían de cumplir las profecías de
Santa Rosa y Santo Toribio reducidas a que la tierra volvería a sus antiguos
poseedores a que los españoles la habían ganado mal y en guerra injustamente
hecha a los naturales de vivían en paz y quietud, añadiendo que los
conquistadores habían hecho juramento de que se enseñaría a los naturales la
doctrina y evangelio y no lo cumplían los curas y los corregidores que eran los
que principalmente estaban encargados por sus respectivos ministerios de
cumplir con las referidas obligaciones porque estos sólo atinaban a robar y oprimir
a los indios queriéndoles sujetar como a esclavos para hacerse ricos a costa de
su sudor y fatigas”. (La cita tomada del libro: Historia Andina de Chile de Jorge Higaldo Lehueldé (2004:278)
Texto de ejecución de sentencia contra Felipe Velazco y Ciriaco Flores (pedro de Angelis 1832:199) |
Meses antes de la proclamación, en Lima, de la
independencia del Perú por el General José de San Martín, el montonero
Francisco Vidal había logrado consolidar una pequeña tropa que venía, con mucho
éxito, causando estragos al golpeado ejército realista. Vidal ex hacendado del
valle de Supe adquiere habilidades militares desde joven, por sus habilidades y
valor fue conocido como “el primer soldado peruano” (Legua y Martínez:
1971:311-312)
Vidal conforma una de las primeras montoneras
peruanas cuyo accionar guerrillero estaba al mando de un peruano. Como capitán
supo conducir a sus hombres a varias victorias como la lograda en Quilcamachay.
Sintiéndose fuerte y con una tropa en crecimiento el 23 de marzo de 1821, llegó a los parajes
lomeros de la hacienda Pedreros por el camino real que cruza los linderos de
Lurigancho y capturo 240 caballos y mulas además de 150 cabezas de ganado
propiedad del ejército español.
Después
de la hazaña en Pedreros, el 2 de mayo, Vidal se une a las fuerzas del mítico
montonero afroperuano Cayetano Quiroz quienes sorprenden y vengan la matanza
ocurrida en Ataura contra 4000 “indios patriotas”. Los confiados españoles al
mando de Mariano Ricafort fueron brutalmente atacados en la quebrada de
Quiapata, en Canta. Los montoneros logran una memorable victoria.
Imagen de un montonero según Pancho Fierro |
Entre
algunos personajes se encuentra Juan Joseph Hermenegildo de Aliaga Sotomayor y
Santa Cruz, un noble limeño cuyo título de VI Conde de San Juan de Lurigancho,
le permitía tener privilegios como ser capitán de una compañía del Regimiento
de nobleza, bajo este nuevo panorama fue el último conde virreinal que ostente
este título nobiliario teniendo por herencia el cargo de la Real Casa de la
Moneda de Lima. Es curioso que su firma se encuentre adherida al acta de
Declaración de la Independencia del Perú. Años después, retomó su condición de
heredero de conquistador y se pasó a las filas realistas logrando refugiarse en
la fortaleza del Real Felipe, donde tuvo una triste agonía.
Acta de Proclamación de la Independencia |
Finalmente,
es interesante recoger la carta que dirige el Dr. Don Manuel de Gárate, cura de
la doctrina de Lurigancho, solicitando como testigos a Cayetano Requena y a
Ramón de Echenique, Teniente Coronel de la patria, para que “acrediten su decisión en la Sagrada Causa de
nuestra independencia”. Presentados los testimonios el Fiscal Juan José Muñoz
concluye:
“El fiscal visto el expediente promovido por
el Doctor Don Manuel Gárate, Cura y Vicario de la Doctrina de San Juan de
Lurigancho, para probar su patriotismo: Dice que según resulta de la
información que ha producido, y de la clase de testigos que la componen, su
decidido patriotismo es muy antiguo pues dio merito á que desde Chile
escribiera de él aunque en general (porque no correspondía otra cosa a las
circunstancias) el honorable Señor Don Cayetano Requena y su conducta era
consiguiente a su opinión según lo permitía el estado de las cosas. Por lo que
siendo Vuestra Señoría servido lo declarará verdadero patriota. Lima y Enero 9
de 1822.” (Nieto, 1971:252)
Nuestra
historia está bien documentada, existen procesos, testimonios de cada
acontecimiento, donde cala hasta los huesos entender la crueldad del opresor ante quienes, tratando de buscar
su libertad se enfrentaron a la dura mano del régimen colonial, sin duda
entender los colores de nuestra bandera dan cuenta de cuanta sangre le costó a
miles de hombres y mujeres que visionaron vivir en un suelo nuevamente libre.
Referencias:
- De Angelis, Pedro (1836) Relación histórica de los sucesos de la rebelión de José Gabriel Túpac – Amaru en las provincias del Perú el año de 1780. Imprenta del Estado. Buenos Aires
- Duque Castillo, Elvira (2013) Aportes del Pueblo Afrodescendiente: La historia oculta de América latina. Iuniverse. Inc, Bloomington.
- Hidalgo L. Jorge (2004) Historia Andina de Chile. Editorial Universitaria. Santiago de Chile.
- Leguía y Martínez, German (1971) Historia de la emancipación del Perú: El protectorado. Tomo III. Colección documental de la Independencia del Perú, Lima.
- Mendoza M., Eduardo (1999) La Independencia. Editora Santa Bárbara. Lima.
- Morales F. Elisa (2002) El Juramento de la Independencia del Perú, Tres actas inéditas y otros documentos. En: http://www.bibliotecnic.org/archivos_biblioteca/doc7.6.pdf
- Nieto Vélez, Armando (1971) La Iglesia: Acción del Clero. Tomo XX, Vol. 1. Colección documental de la Independencia del Perú, Lima.
- Spalding, Karen (2002) La rebelión colonia: Huarochirí, 1750. En: Revista de Antropología. N° 1: 21-29