jueves, 19 de septiembre de 2024

POR FIN EL HIMNO Y ESCUDO LURIGANCHINO

 Julio H. Abanto Llaque




Ha pasado más de medio siglo y, por fin, a la gestión actual le surge la inspiración de darle una identidad alegórica a nuestra milenaria tierra. Ojalá que esto se acompañe también de otra ordenanza en la que se elijan los colores del distrito, para no acostumbrarnos a que nos pinten las instalaciones, postes y pobres arbolitos de uno y otro color.

Según la RAE, el escudo es: “Superficie o espacio, generalmente en forma de escudo, en que se representan los blasones de un Estado, población, familia, corporación, etcétera.” En ese sentido, el concurso que anima esta gestión debe ser bien pensado por los que participen en el proceso. Más allá del añorado pasado, debe cargar con las múltiples identidades y culturas que convergen en este espacio de la gran Lima, así como con una visión futura y otras bondades.

El himno, como composición poética y musical, mantiene el mismo reto: su canto mostrará los ideales y expresiones más relevantes de este suelo, sin duda un proceso de selección bastante difícil.

Haciendo un poco de historia, reconozco iniciativas que nunca se concretaron, tanto de escudos como de himnos. Recordemos que el escudo actual, utilizado desde 1971, cuando por fin tenemos nuestro primer alcalde, el Dr. Luis Suárez Cáceres, es el mismo escudo de la ciudad de Lima, cedido por Carlos V en 1537 como símbolo del virreinato del Perú.

Hablando de ese periodo de casi trescientos años, las nobles familias que usufructuaron las tierras de la reducida y extinta población prehispánica oriunda del valle de Lurigancho. Muchas de estas familias, por sus linajes y su esfuerzo en el proceso de conquista del Nuevo Mundo, merecieron su blasón como distintivo familiar. En este caso, podemos encontrar los escudos de Santa Cruz y Padilla, primer conde de Lurigancho; le sucede, con el mismo título, la familia Aliaga. También tenemos otras estirpes cuyos escudos han perdurado hasta hoy, como la del marquesado de Otero y los apellidos Zárate, Campoy, Flórez, entre otros.

Escudo del primer Conde de Lurigancho Luis Santa Cruz y Padilla, Carlos II de España 9 de mayo de 1695Carlos II de España 9 de mayo de 1695 (Calco, Julio Abanto)



Escudo de la familia Aliaga, siendo su actual titular Gonzalo Jorge de Aliaga Ascenzo (Tomado de: https://www.facebook.com/photo/?fbid=10152007559604459&set=a.10152007559109459)

La primera propuesta de escudo distrital data de 1996. Sobre una banda roja que bordea el escudo de tipo ibérico, se lee “Distrito de San Juan de Lurigancho”. En el campo central, se lee “Hurin Huancho”, sobre el cual aparecen dos mazorcas de maíz, emulando el erróneo significado de “Buena Cosecha”. De fondo, un nevado, simbolizando un radiante sol naciente y la silueta de un mapa, también delineando los límites distritales. Una propuesta muy simpática, sin duda.

Un segundo símbolo, aunque no escudo, surgió durante la gestión de Ricardo Chiroque, una especie de logo corporativo, frío y sin ningún sentido, con cuatro brazos entrelazados, acompañado del insípido lema “Nuevo San Juan”. De ese mismo periodo corresponde un himno, que fue incluso grabado en cinta de cassette; conservo la letra. Me parece que fue compuesta por un maestro músico de la banda municipal. Confieso que la letra y la melodía eran agradables y aún las tengo en mente mientras escribo este texto, ya que en ese periodo lo colocaban en cada evento.

El primer dibujo atribuido a pancho fierro, luego dos propuesta pasajeras de escudos y finalmente la de uso oficial (Extradido del MUVI-SJL, composición Julio Abanto)


Sobre el significado del escudo de Lima (Tomado del Ministerio de Cultura)

Otro ícono importante que finalmente no puedo dejar de mencionar es el “ave cancho”, extraído del diseño de un textil recuperado de Canto Chico. Fue usado por la Mesa de Concertación Distrital a solicitud del Movimiento de Organizaciones Juveniles. Fueron tiempos realmente hermosos, opacados por la ambición, escasa visión, improvisación y corrupción de quienes nos han gobernado en las últimas dos décadas. Esa incapacidad absoluta nos ha envuelto en una torrentosa nube de informalidad e inseguridad.

Ojalá que este esfuerzo de patrimonializar emblemas para nuestro suelo se convierta en una nueva visión y un canto a la esperanza.

Reunión de la Mesa de Concertación de SJL, tiene de fondo el icono del ave Canchu, (Archivo ICR, 2006)