Por: Lic.
Julio Abanto Ll.
En el año 1996 llegó a nuestras manos un
plano colonial de fines del siglo XVIII, cuyo origen es un juicio por el uso de tierras
y aguas del canal de riego en pampa Canto Grande, hoy distrito de San Juan de
Lurigancho. Este mismo plano ha sido publicado por la Dra. Victoria Espinosa,
en su libro “Cartografía Limeña” (1999: lámina 19). En ese dibujo se aprecia
una cruz sobre uno de los cerros, denominado ya desde entonces como San
Jerónimo, Santo considerado como uno de los padres de la Iglesia y que consagró
parte de su vida a la traducción de los sagrados escritos del hebreo y arameo a
una versión que ha sido usada por quince siglos; versión conocida como la vulgata. San Jerónimo es considerado el
patrono de quienes dedican su vida a hacer entender las sagradas escrituras, su
fiesta se celebra el 30 de septiembre, fecha de su muerte, el año 420.
Plano colonial donde figura el nombre de cerro San Jerónimo (Espinosa, 1999:Lamina 19) |
Para nosotros, la cruz en la cumbre del
cerro San Jerónimo expresa una práctica usual durante la colonia: la extirpación
de idolatrías, acto por el cual se juzga y elimina cualquier manifestación
“pagana” que va en contra de la lineamientos religiosos cristianos y, en
algunos casos, la cruz remplaza a los viejos santuarios o adoratorios
prehispánicos.
¿Qué motivó el bautizar la cumbre de este
cerro con el nombre de uno de los personajes más resaltantes de la fe católica?
Esta interrogante nos condujo a iniciar una serie de reconocimientos de la cumbre,
y lo que hallamos corroboró nuestras hipótesis: las pequeñas estribaciones que
anteceden la cima están protegidas por los restos de antiguas murallas.
La cumbre de cerro San Jerónimo sirve de límite
natural a los distritos de San Juan de Lurigancho, El Rímac e Independencia.
Con una altura de 756.30 m .s.n.m,
duplica en elevación al tan conocido San Cristóbal y forma parte de la cadena
montañosa que define a la quebrada Canto Grande. Las exploraciones realizadas
desde 1998, nos permitieron detectar, en su cumbre, una seria de estructuras de
planta rectilínea, además de cistas o estructuras funerarias ya saqueadas que
albergaron en su interior el cuerpo de sus antiguos habitantes. Pero, ¿quiénes
vivieron en la cumbre de un cerro tan elevado?
Estructura funeraria en el lado noreste de la cumbre central (Foto ICR, 2001) |
Al pie del San Jerónimo, se encuentran
asentamientos arqueológicos como son La Florida (El Rímac) y Pampa de Cueva
(Independencia), ambos del periodo que los arqueólogos conocemos como Inicial y
hacia el lado de San Juan de Lurigancho se encuentra el asentamiento Ychma-Inca
de Canto Chico (Ravines, 1985). Según las evidencias registradas, y en base a
los estilos alfareros hallados, se determinó que cerro San Jerónimo presenta
una prolongada ocupación desde el Intermedio Temprano, con presencia de material tardío y evidencias del
periodo colonial y republicano.
El Dr. Ravines, durante las excavaciones en
el proyecto de rescate en Canto Chico (1996-2000), encontró en estratos
aluviales material perteneciente a la cultura Lima, el que según refiere,
proviene de acarreo desde las partes altas de los cerros (Ravines: 2004, 97).
Sabemos que esta cumbre es considerada como una “huaca” y ya en tiempos
posteriores fue el destino de peregrinos que adoraban al referido Santo.
Debemos mencionar que sobre este asentamiento no existe referencia
bibliográfica.
Descripción
del Sitio
En la cumbre, hacia
la parte central fácilmente se pueden distinguir una serie de terrazas sobre las
cuales existen tumbas huaqueadas. Al lado este de la cumbre se encuentra toda
una explanada en la que se disponen diversas estructuras de planta rectilínea;
la piedra ha sido seleccionada, notándose que algunas de las unidades tienen forma
rectangular. Sobre la superficie se pueden observar fragmentos de cerámica
correspondiente a varios periodos (prehispánico e histórico).
Moneda de 1876 hallada en la cumbre del cerro |
Asimismo, existen
distintas murallas y terrazas que se disponen en la periferia de la cumbre y en
niveles más bajos por donde se accede al sitio; este sistema de estructuras que
circunda la cumbre hace suponer que existía un acceso restringido, sin embargo,
un grupo de peldaños conformados por rocas que suben desde Amancaes y dan a un
costado de la cima, lo indica como el acceso principal al lugar central.
Muro sur, bordea parcialmente la cumbre que antecede la parte central del sitio (Foto Julio Abanto, 2016) |
Conjunto de estructuras de la cima 1, explanada que da a San Juan de Lurigancho (Foto: ICR,2001) |
Un segundo sector lo constituye la
denominada Cumbre 2 que presenta en su cima un espacio conformado por recintos
rectangulares bastante juntos que exponen muros rectos. Existen estructuras conformadas
por piedras grandes, algunas de mayor tamaño se encuentran hincadas conformado
paredes de una y doble cara. También se observa recintos alineados en
secuencia. Algunos muros conservan una altura de 50 cm., estos han sido elaborados con piedras rectangulares,
previamente seleccionadas y posiblemente modernas (pastores). En este sector
algunos huaqueos exponen batanes, cistas circulares y cerámica. Sobre los
recintos arqueológicos es posible que sólo los cimientos merecieran este
trabajo para luego terminar las estructuras con un material más ligero, tomando en cuenta que
antes existían en el entorno troncos y arbustos que pudieron ser usados. Es preciso
recordar que cerro San Jerónimo se encuentra en pleno ecosistema de lomas, las
cuales abarcaban las pampas de Amancaes, es por ello que durante los meses de
invierno la cumbre se cubre de una serie de arbustos; en algunos lugares se
nota la presencia de excremento de ganado vacuno, caprino y vizcacha, señal de
la abundante vida que debió existir en este lugar en diferentes periodos de
tiempo.
El panorama actual es bastante lamentable,
grupos evangélicos han desmontado los muros y alterado lo que existía, haciendo
difícil la observación del lugar
Grupo de estructuras de la cumbre 2, cuando se encontraban en mejor estado al actual (foto ICR 2001) |
Pastores
y Culto
Sobre las manifestaciones religiosas
coloniales y republicanas que giran en torno al San Jerónimo recogimos algunas
referencias en el libro: “Rímac, barrio limeño de abajo del puente”:
...la Capilla de San jerónimo, de que también existe una
tradición, según la cual, siendo costumbre ordeñar las vacas en la noche, en
cierta oportunidad una de las mujeres encargadas con las cuatro vacas de su
propiedad que pastaban en la loma, después de cumplir su cometido, se quedó
allí dormida una noche de luna, y que, al regresar a su casa a las 7 de la
mañana, fue reprendida por su marido amenazándola si no llegaba a vender toda
la leche. Apresurada – se dice – salió para efectuar su venta, encontrándose en
el camino con un caballero a quien le vendió la leche y, al contarle sus
apuros, él le expresó que no temiera, pues antes de llegar adonde sus
parroquianos habría agotado sus porongos; y habiendo sucedido así y
encontrándose con los bolsillos llenos del producto de la venta. Es él San
Jerónimo a quien se le edificó la capilla de santa devoción, el caballero que
concedió la gracia; y su culto está a cargo de la Comunidad de lomeros de
Amancaes, Mangomarca y anexos (Mariategui O, 1956:118).
En otra referencia se dice que en la misma
cima se encuentra una gruta labrada por picapedreros devotos, donde se venera a
La Dolorosa. En la actualidad es casi imperceptible encontrar rastros de este
culto; solo quedan como reflejo de estas celebraciones fragmentos de botellas,
loza y pedazos de botijas.
Antigua huanca de San Jerónimo, hoy luce reducida y pintada (Foto ICR, 2008) |
En la cumbre, hacia la parte central se
ubica una enorme roca, la cual intencionalmente ha sido partida. Se nota que
las fracturas son bastante antiguas, probablemente se trató de una roca
esculpida o de especial atención para los peregrinos prehispánicos, fácil
podemos pensar que fue el elemento principal de culto que hoy pasa inadvertido
y sobre el cual hoy los evangélicos realizan pintas cristianas.
Situación
actual
Volver al San Jerónimo causa una enorme
pena, es que no es el tiempo, ni el clima el que altera su contenido histórico
y natural; es el hombre que con su afán grotesco de lucro y de informalidad ha
empezado a poblarla de antenas para emisión de radios piratas. Los religiosos
que visitan la zona, mueven las rocas, las pintan, perforan el lugar, alteran
todo.
A pesar de existir dos motivos que evitan
estos enormes impactos como son su declaratoria como ecosistema frágil
(Resolución Ministerial 0404-2013-MINAGRI) y su reconocimiento como sitio
arqueológico, es inevitable quitar los derechos de usos que la modernidad
condiciona para la instalación de torres de alta tensión. Se dice que los trabajadores
dinamitan las rocas de la cumbre, altera las pocas estructuras funerarias que
eran visibles hasta hace algunos años y el tránsito fluido de recuas de
burritos que son obligados a ayudar en la obra convierten el suelo fértil en un
montón de polvo que este invierno no verdeará.
Quizás algo tenga que ver la austera
vegetación que durante la estación húmeda le roba gotas de agua a la neblina, quizás
hasta la naturaleza ya se cansó de llorar milagrosamente para transformar su
montaña sagrada. Ya casi nada queda de aquel imponente paisaje que servía de
marco a fiestas inolvidables para el taita San Juan en las pampas Amancaes, hoy
inundadas por rústicas casas y perros sedientos. Pareciera que el cernícalo y
el aguilucho, amos del cielo, reclamaran con su majestuoso vuelo por aquellos
olvidados tiempos.
Linderos establecidos para la protección del lugar, el de arriba como ecosistema frágil y el de abajo, por el Ministerio de Cultura, ambos aseguran mas de 300 ha. |
Referencias
Bibliográficas:
Espinosa D, Victoria.
1999 Cartografía
de Lima (1654 – 1893). Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima
Mariategui O, Ricardo.
1956 El
Rímac: Barrio Limeño de Abajo el Puente. Rotary Club del Rímac. Lima.
Parroquia Inmaculada Concepción Monte Grande
S/f Padres de la
Iglesia: San Jerónimo de Estridon. Fascículo 27: 1-6, en: http://www.inmaculadamg.org.ar/images/stories/formacion/padres_de_la_iglesia/27_-_Fasciculo_XXVII_-_San_Jeronimo_de_Estridon.pdf
Ravines, Rogger
1985 Inventario de Monumentos Arqueológicos del Perú: Lima Metropolitana.
INC y Municipalidad de Lima Metropolitana, Lima.
2004 “Canto
Chico, asentamiento prehispánico del valle del Rímac”. Boletín de Lima 22.
Asociación Cultural y Científica Boletín de Lima; pp. 93-190.
Taylor, Gerald
1987 Ritos y Tradiciones de Huarochirí del siglo XVII. Instituto de
Estudios Peruanos-Instituto Francés de Estudios Andinos, Lima.
Esta bueno el aporte
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