Lic. Julio Abanto Ll.
A propósito del hallazgo fortuito de figurinas de arcilla y entierros procedentes de cerros
ocupados por asentamientos humanos, es perceptible como la práctica de
deformación craneal era usual en los pobladores del antiguo San Juan de Lurigancho.
En esta nota trataremos dar explicación a estas costumbres de alteración corporal
y lo común que han sido a través del tiempo y en diversos espacios.
Para contextualizar lo afirmado debemos darle una mirada
a la conocida figurina Ichma Tardío (1500 d.C) hallada en El Sauce y que se
exhibe en la sala museo Ruricancho del parque zonal Huiracocha; y la segunda
referencia, es la de un cráneo infantil
procedente del sitio Cerro Observatorio, situado a la altura de la zona de Las
Flores, al costado de la antigua carreta a Canto Grande y que probablemente
corresponda a inicios del Intermedio Temprano (100 d.C).
Cráneo hallado en el sitio El Triunfo que muestra un trabajo de alteración craneal (Foto J. Abanto, 2019) |
Sobre la evidencia más antigua podríamos comentar que el
referido cráneo fue recuperado por unos vecinos en el sitio denominado El
Triunfo, descubierto a fines de la década del 1990, corresponde al entierro de
un infante del cual solo conservaron el cráneo por mostrar “rasgos extraños”. En
realidad el cráneo muestra una marcada deformación bilobal y los dientes primarios
en proceso de brote, por lo que se supone que el individuo debería tener entre
4 a 6 años., los únicos objetos asociados al cuerpo son un piruro de piedra
(instrumento para el hilado de fibras) y un dije de concha de caracol marino (Oliva incrassata).
Aparentemente la práctica de alterar el cráneo parece
extenderse y ser más común en los periodos tardíos según la evidencia de
figurinas que muestran un frontal aplanado de tipo cuneiforme como se aprecia el
referido hallazgo del sitio El Sauce.
Figurina hallada en el sitio El Sauce, expone una deformación del frontal plano. (Foto: J. Abanto, 2010) |
Fragmento de figurina con deformación y maquillaje facial en negro, sitio El Sauce (Foto: J. Abanto, 2019) |
Aunque parezca una tortura debemos considerar que desde
los inicios de la humanidad, el cuerpo humano, ha sido el lienzo para
transformar su estética o incrementar su belleza ya sea con la aplicación de
pintura corporal o facial, así como el tatuarse la piel, son cambios que siempre
han tratado de resaltar algún sentido en las sociedades antiguas, el maquillaje
para imitar o adquirir el espíritu de animales, también para camuflarse con el
entorno fue el principal fin en los grupos de cazadores recolectores.
El maquillaje está lleno de simbolismo y expresa la
identificación con el grupo, trata de imponer miedo en momentos de guerra o también
comunica si uno una persona está en edad para iniciar una relación con alguien.
De igual modo el tatuaje, en el caso de sociedades de la Oceanía, es la carga histórica
de su linaje. Pero si de transformaciones extremas se trata, el aplicarse
cortes, mutilaciones dentales y quemaduras en la piel, son una brutal muestra
del proceso que significa cruzar de la adolescencia a la adultez en comunidades
africanas.
Ilustración de aparatos para deformación craneal usado por algunas sociedades nativas americanas (Extraído de Enciclopedía Labor: La Vida, Tomo 3, 1957:854) |
Realizar modificaciones en le cuerpo, sin duda llega al
límite con el alargamiento del cuello mediante la aplicación progresiva de
gargantillas, es el caso de algunas tribus tailandesas. Comprimir el crecimiento
del pie en el antiguo Japón debió ser una tortura para muchas damas, aún en día
existen quienes desean resaltar curvas apretando su cuerpo con el famosos corset.
En el rango más alto de modificar el cuerpo se encuentra la deformación
craneal.
A diferencia de lo que se cree, la deformación del cráneo
no es exclusivo de culturas sudamericanas, las encontramos en casi todos los continentes,
ya Heródoto hacia referencia a ello, y muchas figuras de arcilla antiguas,
procedentes del viejo mundo, muestran cuerpos con cráneos deformado, los mismos
faraones egipcios lucen cabezas manipuladas y ni hablar de los reyes mayas. Es
esta percepción de culturas tan antiguas en lugares del planeta que muestran un
alto desarrollo, lo que llevó a pensar que estas diferencias corporales eran
una prueba de la presencia de seres celestiales en tiempos remotos. Nada más
errado pues en Francia, hasta inicios del siglo XX, existían personas en la
región de Toulouse que lucían elongación craneal.
Una madre Shipiba cargando a su hijo el cual luce un aparato de deformación craneal (extraido de: https://www.pinterest.com/pin/462393086725668161/) |
Hoy en día, algunas comunidades de las selvas africanas y
amazónicas aún practican la deformación craneal y los primeros exploradores de
estos recónditos lugares del planeta fueron testigos de cómo estas prácticas se
realizaban desde la temprana edad.
La deformación se lograba mediante prolongadas presiones mecánicas,
ya sea con vendajes o aparatos de madera sobre la cabeza de niños desde su muy
corta edad, en la mayoría de casos cumplidos el primer mes, con ello se consiguen
muy variadas deformaciones, debido a la plasticidad del cráneo cuando todavía
están abiertas las fontanelas y la osificación de las piezas óseas están en
progreso.
En nuestro país, la cultura Paracas destaca por ser la principal sociedad que muestra cráneos extremadamente alargados el apelativo de
cabeza larga, para uno de los yacimientos arqueológicos que descubriera Julio C
Tello, en 1925, proviene de un apelativo popular:
“…En efecto,
durante el primer y segundo reconocimientos arqueológicos, logramos reunir los
cráneos humanos que yacían en los desmontes de las tumbas profanadas. El numero
de ejemplares recolectados guarda relación con el área explotada. De este modo
pudimos observar la abundancia de cráneos humanos en la I y II terrazas de Cerro Colorado y en las
necrópolis de Arena Blanca y Cabeza Larga.
Los cráneos de
la I terraza eran, en su mayoría, de forma achatada y bilobal, los de la II terraza
eran de tipo cuneiforme, es decir, con el occipital plano y el frontal alargado
oblicuamente; y los de Arena Blanca eran, totalmente, de tipo oblongo y cilíndrico
con una hendidura pronunciada en el frontal, cuya forma originó, en la mente
popular de los huaqueros y pescadores de Pisco, el mote de “cabeza larga”…” (Julio C. Tello y Mejia Xesspe, 1925)
Por las descripciones Julio C. Tello, quien además
descubre cráneos con almohadillas y amarres para realizar dichas transformaciones,
describe tres tipos muy diferenciados:
- Bilobal,
aquella donde el cráneo adquiera la forma de una “pera”.
- Cuneiforme,
donde se trata que el cráneo adquiera un aspecto plano y alargado
- Tubular
cilíndrico, adquiere el aspecto de un
cabeza larga.
¿Pero que sentido tenia aplicar dicha tortura al cuerpo?,
sin duda, sobre la base de las investigaciones y diferencias en la suntuosidad
de los fardos funerarios se concluye que las deformaciones responden a una
diferenciación de estirpe y estatus social. Este concepto de diferenciación se dio
hasta la misma época Inca y se encuentra plasmado en figuras de arcilla de la
cultura Nasca, Chancay, Chimú, etc. Sin contar los continuos hallazgos de
entierros con estas características. Un caso bastante reciente, es la momia de
Quispicanchi, dado a conocer por el antropólogo Renato Dávila. La prensa que
cubrió la noticia sensacionalizó el tema dando un posible origen extraterrestre
al cuerpo de un infante de apenas 50 cm.
Mujer africana con marcada deformación de cabeza alargada (Extraido de: https://www.alamy.es/clase-superior-mangbetu-mujer-con-craneo-alargado-viste-un-mono-de-hueso-a-traves-de-su-oreja-image6017841.html) |
Como podemos ver, la deformación craneal encaja como una
de las tantas costumbres de nuestros pueblos originarios y la práctica se va
perdiendo con el progreso y creemos que dentro de unos pocos años será un recuerdo
más dentro de nuestra historia humana.
Finalmente debemos recordar que somos una sociedad que
valora la apariencia y que en algunos casos, los seres humanos son capaces de
gastar fortunas para lucir diferentes, ahora no usamos el apretón de fuertes
vendajes o mecanismos de madera, ahora a eso se llama cirugía.
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