sábado, 10 de mayo de 2025

LAS CRUCES HISTORICAS EN SAN JUAN DE LURIGANCHO

 Lic. Julio Abanto Llaque

 

De niño contemplaba desde la azotea de mi casa esas lejanas cruces situadas en la cumbre de los cerros que rodean mi barrio. Me parecían casi inalcanzables, pero de alguna forma llegué hasta ellas, y entonces, mi mundo cambió.

Procesión de la cruz del Pueblito de Lurigancho (Archivo ICR)

Eran cruces hermosas, más elaboradas y misteriosas que aquellas suspendidas en las parroquias o en las paredes de las casas. Pintadas de verde, adornadas con mantos bordados, llenas de detalles y con un rostro de Cristo enmarcado, me resultaban fascinantes. Sus símbolos desataban mi imaginación. Intentaba descifrarlos como quien encuentra un antiguo jeroglífico: ¿qué historia cuentan?, ¿qué significado tienen el sol, la luna, el gallo, la calavera, los dados?, ¿quién colocó esta cruz aquí?, ¿por qué tan alto?

Cruz de La Providencia (Foto: JALL: 1999)

Cruz situado en la cumbre de cerro Observatorio (JALL, 1997)

Otra impresión inolvidable fue la vista: un mundo nuevo que antes solo conocía desde el suelo. La primera cruz que visité me permitió contemplar toda la zona de Las Flores, y desde allí, observar otra cadena de cerros que deseaba explorar. Desde otra cruz, conocí La Providencia, 15 de Enero y Canto Chico. Pero fue en la cima del cerro Observatorio, donde encontré una cruz más sencilla, casi olvidada, que tuve la revelación más profunda: desde allí vi el mar y la imponente isla San Lorenzo. Entonces, conocí el océano.

Conforme fui creciendo, recorrí otros cerros y fui comprendiendo el simbolismo de estas cruces, sobre todo en una costa que comenzaba un proceso de andinización. Al salir del colegio, aprendí a elaborar hermosas cruces con el maestro Abilio Soto Yupanqui, en su sorprendente taller en el barrio San Pedro, cerca del penal del mismo nombre. En 2013, antes de dejar la administración del parque zonal Huiracocha, construí con mis trabajadores una cruz que espero aún esté allí, formando parte del recorrido nocturno que ideamos.

La cruz del parque Huiracocha (Diario Correo, 2014)

Sin duda, la cruz más hermosa de nuestro distrito fue elaborada por el hijo del gran retablista ayacuchano Florentino Jiménez Toma, quien se asentó en nuestro distrito invitado por Gertrudis Braunsberger, incansable promotora del arte popular andino. Esta cruz, una pieza exquisita, formaba parte de la colección del centro cultural del parque.

Sala de Exposición Florentino Jiménez, Crea Lima  (SERPAR, 2012)

Hace unas semanas, me propusieron diseñar una ruta turística para conocer las cruces emblemáticas de nuestro distrito. Entonces, mi mente empezó a recorrer no solo la historia, sino también la memoria colectiva. La cruz ha sobrevivido a múltiples procesos y se ha convertido en el símbolo más unificador que conozco. En esta parte de la historia, la cruz que llegó con los conquistadores ha sido adoptada y resignificada por el hombre andino, que ha sabido disfrazar sus dioses tutelares y la milenaria chakana en este símbolo. Hoy la cruz es también herramienta de conquista y reclamo de nuevos espacios.

Quiero citar a José González, autor del libro El Huanca y la Cruz (1989:77):

“...Los advenedizos saben que los antiguos no pueden rechazar su cruz porque también para ellos es símbolo familiar y venerado. Entonces lo que la procesión propone es la explicación de un argumento irrebatible: Cruz y pueblo forman una misma cosa; si se acepta la cruz, se acepta al pueblo…”

Cada comunidad en nuestro distrito venera una cruz o un santo. Son elementos de integración barrial y expresión de fe. Las he visto en parques, calles, cerritos, grutas, hechas de fierro, madera o pintadas sobre rocas. Cada una guarda esperanzas e historias donde la fe, la justicia y el anhelo de un porvenir mejor se entrelazan.

Un grupo de colegas al costado de la cruz de cerro Gallo, en Campoy (1994)

Mayo es el mes de la cruz, aquí y en muchos países de América Latina y del viejo continente. Sus celebraciones tienen raíces prehispánicas, sin lugar a dudas. Con el cristianismo, las costumbres ancestrales encontraron en la cruz un símbolo perfecto: los antiguos ya la veían en el cielo. El sincretismo permitió la fusión de ambas creencias, y el resultado fue una devoción absoluta, basada en la reciprocidad entre el ser humano y la creación. 

Una sutil chakana, en un textil ruricancho (JALL,2015)

La Ruta de las Cruces

• Cruz de San Cristóbal

Situada en la cima del cerro del mismo nombre, es la imagen más reconocida de las noches limeñas. Según narra Andrés Herrera (2000), tras el asedio indígena liderado por Quiso Yupanqui, Pizarro subió al cerro y mandó colocar una nueva cruz de madera y una capilla. La actual cruz, de concreto y con potentes focos, fue construida por el presidente Augusto B. Leguía.

Diseño de Oscar Zagazeta, la moderna cruz del cerro San Cristóbal

• Las Cruces Gemelas de Lurigancho

El pueblito de Lurigancho, fundado como reducción indígena en 1570, posee una capilla con una cruz de madera en su frontis. Muy cerca, por un antiguo camino, se encuentra un segundo madero. Ambas cruces participan en las celebraciones de mayo y en las festividades de San Juan Bautista.

Cruces del pueblito de Lurigancho (JALL, 1998)

• Cruz de San Pablo de Mangomarca

Originalmente ubicada sobre una roca en un cementerio de lomeros en Jicamarca, fue rescatada por extrabajadores de la hacienda Zárate cuando la urbanización creció. Hoy se encuentra junto a la huaca Mangomarca, en el asentamiento humano San Pablo y sigue siendo venerada por los vecinos.

Hermosa cruz, originalmente situada en el viejo cementerio de lomeros en Mangomarca (JALL,2010)

• Cruz Mayor de El Sauce

El cementerio de El Sauce tiene orígenes preincaicos. Según Poloni (1987), fue creado por los pastores de Jicamarca. La cruz, inicialmente en un promontorio al pie del cerro Lurigancho, fue trasladada a los pabellones del cementerio y actualmente se encuentra en el velatorio, recibiendo oraciones y ofrendas.

Venerada cruz de El Sauce, en su ubicación original (JALL,1996)

La cruz de El Sauce en su nuevo espacio (JALL,2018)

• Cruz de la Hacienda Flores

La antigua hacienda Flores, una de las más importantes del valle, poseía una capilla y una cruz colocada en un cerro cercano. Al ser vendida la propiedad, la campana fue donada a la parroquia San Marcos y la cruz fue llevada cerca del parque Las Totoritas, donde aún es cuidada y venerada.

Celebración a la cruz en la hacienda Flores, 1970 (Archivo ICR) 

Cruz de la hacienda Flores, en las Tototitas (JALL,2019)

• Cruz “No Matarás”

Instalada en los años 80, a la altura del paradero 20 de la Av. Próceres, recuerda un trágico episodio: la fuga de reclusos del penal San Pedro, quienes tomaron rehenes. La intervención policial terminó con la vida de varias personas, entre ellas la hermana Juanita Sawyer. La cruz se convirtió en símbolo de paz y memoria, y fue reubicada en un parque cercano, junto a un monolito que honra a las víctimas del conflicto interno.

 
Pintura del artista Reynado Ari Apaza, posiblemente de inicios de 1990.

Captura del documental "Caminos de Liberación"

Ubicación actual de la cruz en el parque No Mataras (JALL 2008)

Ubicación de las cruces presentes en esta nota. (Google maps,2025)


Referencias:

·         Gonzales, José Luis (1989) El Huanca y La Cruz, creatividad y autonomía en la religión popular. Idea, tarea, Lima.

·         Herrera, Andrés (2000) El Cerro San Cristóbal, silencioso testigo de nuestra historia. Editora Novecientos Seis. Lima

·         Poloni, Jacques (1987) San Juan de Lurigancho: su historia y su gente: un distrito popular de Lima. Centro de Estudios y publicaciones. Lima.

Videos relacionados:

Las antiguas cruces de San Juan de Lurigancho https://www.youtube.com/watch?v=37tJyIEOELo

Caminos de Liberación: https://www.youtube.com/watch?v=TPQGFSBGYQo&t=29s


 

 

 

 

 

jueves, 19 de septiembre de 2024

POR FIN EL HIMNO Y ESCUDO LURIGANCHINO

 Julio H. Abanto Llaque




Ha pasado más de medio siglo y, por fin, a la gestión actual le surge la inspiración de darle una identidad alegórica a nuestra milenaria tierra. Ojalá que esto se acompañe también de otra ordenanza en la que se elijan los colores del distrito, para no acostumbrarnos a que nos pinten las instalaciones, postes y pobres arbolitos de uno y otro color.

Según la RAE, el escudo es: “Superficie o espacio, generalmente en forma de escudo, en que se representan los blasones de un Estado, población, familia, corporación, etcétera.” En ese sentido, el concurso que anima esta gestión debe ser bien pensado por los que participen en el proceso. Más allá del añorado pasado, debe cargar con las múltiples identidades y culturas que convergen en este espacio de la gran Lima, así como con una visión futura y otras bondades.

El himno, como composición poética y musical, mantiene el mismo reto: su canto mostrará los ideales y expresiones más relevantes de este suelo, sin duda un proceso de selección bastante difícil.

Haciendo un poco de historia, reconozco iniciativas que nunca se concretaron, tanto de escudos como de himnos. Recordemos que el escudo actual, utilizado desde 1971, cuando por fin tenemos nuestro primer alcalde, el Dr. Luis Suárez Cáceres, es el mismo escudo de la ciudad de Lima, cedido por Carlos V en 1537 como símbolo del virreinato del Perú.

Hablando de ese periodo de casi trescientos años, las nobles familias que usufructuaron las tierras de la reducida y extinta población prehispánica oriunda del valle de Lurigancho. Muchas de estas familias, por sus linajes y su esfuerzo en el proceso de conquista del Nuevo Mundo, merecieron su blasón como distintivo familiar. En este caso, podemos encontrar los escudos de Santa Cruz y Padilla, primer conde de Lurigancho; le sucede, con el mismo título, la familia Aliaga. También tenemos otras estirpes cuyos escudos han perdurado hasta hoy, como la del marquesado de Otero y los apellidos Zárate, Campoy, Flórez, entre otros.

Escudo del primer Conde de Lurigancho Luis Santa Cruz y Padilla, Carlos II de España 9 de mayo de 1695Carlos II de España 9 de mayo de 1695 (Calco, Julio Abanto)



Escudo de la familia Aliaga, siendo su actual titular Gonzalo Jorge de Aliaga Ascenzo (Tomado de: https://www.facebook.com/photo/?fbid=10152007559604459&set=a.10152007559109459)

La primera propuesta de escudo distrital data de 1996. Sobre una banda roja que bordea el escudo de tipo ibérico, se lee “Distrito de San Juan de Lurigancho”. En el campo central, se lee “Hurin Huancho”, sobre el cual aparecen dos mazorcas de maíz, emulando el erróneo significado de “Buena Cosecha”. De fondo, un nevado, simbolizando un radiante sol naciente y la silueta de un mapa, también delineando los límites distritales. Una propuesta muy simpática, sin duda.

Un segundo símbolo, aunque no escudo, surgió durante la gestión de Ricardo Chiroque, una especie de logo corporativo, frío y sin ningún sentido, con cuatro brazos entrelazados, acompañado del insípido lema “Nuevo San Juan”. De ese mismo periodo corresponde un himno, que fue incluso grabado en cinta de cassette; conservo la letra. Me parece que fue compuesta por un maestro músico de la banda municipal. Confieso que la letra y la melodía eran agradables y aún las tengo en mente mientras escribo este texto, ya que en ese periodo lo colocaban en cada evento.

El primer dibujo atribuido a pancho fierro, luego dos propuesta pasajeras de escudos y finalmente la de uso oficial (Extradido del MUVI-SJL, composición Julio Abanto)


Sobre el significado del escudo de Lima (Tomado del Ministerio de Cultura)

Otro ícono importante que finalmente no puedo dejar de mencionar es el “ave cancho”, extraído del diseño de un textil recuperado de Canto Chico. Fue usado por la Mesa de Concertación Distrital a solicitud del Movimiento de Organizaciones Juveniles. Fueron tiempos realmente hermosos, opacados por la ambición, escasa visión, improvisación y corrupción de quienes nos han gobernado en las últimas dos décadas. Esa incapacidad absoluta nos ha envuelto en una torrentosa nube de informalidad e inseguridad.

Ojalá que este esfuerzo de patrimonializar emblemas para nuestro suelo se convierta en una nueva visión y un canto a la esperanza.

Reunión de la Mesa de Concertación de SJL, tiene de fondo el icono del ave Canchu, (Archivo ICR, 2006)



viernes, 30 de diciembre de 2022

 El uso de alucinógenos en el antiguo Perú

 

Por: Lic. Julio Abanto Ll.


Excavando una tumba en Cajamarquilla, allá por el año 1997, me topé con un conjunto de objetos, uno bastante raro e incompleto, sin duda se trataba de una tablilla para rape o polvo de tabaco que los chamanes amazónicos siguen usando con el propósito de tener conexiones cósmicas y equilibrar el espíritu de la gente.

A ciencia cierta, no se sabemos en qué momento los antiguos peruanos descubrieron los secretos de ciertas plantas y sustancias que le permitieron alcanzar estados alterados del subconsciente con las que lograron “conectarse” con otras dimensiones. El registro arqueológico refiere con claridad que, para la época Chavín (900 a 500 a. C) ya era común el uso del San Pedro (Trichocereus pachanoi): cactácea muy apreciada por sus cualidades alucinógenas y “mágicas”.

Así mismo, la inhalación de tabaco molido o rape, era común en las diferentes sociedades andinas y amazónicas. La coca (Erythroxylum coca), a diferencia de lo que se cree funciona como un estimulante y relajante, necesita de compuestos químicos para activar y potenciar los alcaloides que lo convierten en la tan conocida droga. La coca, no sólo sigue siendo muy apreciado por los pueblos andinos, es un elemento intrínsecamente ligado a las actividades rituales, se usa en la lectura del futuro, como acompañante en “pagapus” a los cerros o a la mamapacha; acompaña a los muertos en su largo viaje, en fin, se puede trabajar otro escrito sobre ésta maravillosa hoja que es parte importante del sabor de una reconocida bebida gaseosa.

 

Vara chamánica hallada recientemente en cerro San Jeronimo (San Juan de Lurigancho) 

¿Pero desde cuándo se inició el uso de los alucinógenos o psicoactivos en nuestro país?, quizás estuvieron vinculados a los primeros grupos que deambularon por estos territorios y que en su andar probaron y experimentaron con las plantas y hongos que empezaron a conocer, eso podría explicar las figuras mágicas que han plasmado en las diversas pinturas rupestres. Pero debió ser con la consolidación de la religión como un aparato de poder cuando los chamanes alcanzaron un mejor status social y donde la adivinación y predicción del futuro formó parte del éxito de las primigenias culturas.

Los trabajos arqueológicos en Caral, hasta la fecha no revelan plantas especificas para rituales chamánicos, sin embargo, se han descubierto una variada gama de hiervas medicinales y de hecho, los rituales religiosos estuvieron sujetos a eventos mágicos que llegan a su esplendor durante el periodo Formativo, el cual se caracteriza por la incorporación a la religión de todo un panteón iconográfico fantástico (seres sobrenaturales con atributos de felino, serpiente y águilas). Solo basta darle una mirada a la Estela Raymondi o al Obelisco Tello, para en ellos, reconocer su visión de un mundo sobrenatural, incluso en este último los estudiosos dicen apreciar las figuras de algunas plantas alucinógenas.

Recientemente se afirma haber registrado san pedro en el sitio de El Paraíso, situado en el valle bajo del Chillón, su antigüedad seria de 4000 años. Es el san pedro, un cactus muy conocido el que acompaña a seres mágicos en los relieves petreos de Chavin de Huantar, incluso existe la idea que los ojos de pupila excéntrica, tan característicos de este estilo, es una manera fiel de representar estados de trance que producen estas plantas debidamente preparadas por los sacerdotes, Esta misma planta aparece con frecuencia en la iconografía moche.

El templo de Chavín de Huantar debió de ser un lugar muy especial para los peregrinos, las kilométricas galerías subterráneas, que recorren como arterias el espacio, debieron producir un sonido muy especial que acompañado de antorchas y la imagen de las colosales cabezas clavas impactaron a los visitantes, tanto así que el culto al dios jaguar se extendió por gran parte de los andes centrales.

 

Simbolos grabados en las rocas de cerro Canteria, se observa un ojo con pupila excéntrica, en alucuina un proceso de transe (Foto Abanto, 2009)

A la llegada de los españoles, ellos fueron testigos del comportamiento que asumían quienes consumían estas sustancias para comunicarse con sus dioses:

“La achuma es una especie de gran cardón…Esta es una planta por medio de la cual el demonio traía en engaño a los indios paganos del Perú, de la cual ellos hacían uso para sus engaños y supersticiones. El jugo, debido hacia salir de sentido, en modo que aquellos que lo beben quedan como muertos…Transportados por esta bebida los indios soñaban mil mentiras que creían ver”. Bernabé Cobo (1653)

Durante la colonia, se prohibieron estas costumbres castigándolas duramente, se prohibió no solo el uso de plantas medicinales, sino cualquier ritual pagano. Los procesos de extirpación de idolatría destruyeron las huacas sagradas, quemaron idolos, reliquias antiguas y momias de jefes guerreros. Con el fuego se consumió siglos de sabiduría.

A pesar de tan duro impacto una parte de la región peruana quedó casi intocable, donde los chamanes mantenían vivo el secreto de las plantas y esa es la amazonia. Uno de las cortezas mas conocidas en los rituales chamanicos de la selva, es duda la ayahuasca. Poderoso brebaje que estimula estados que nos llevan a uno al transe y a experimentar con un mundo desconocido, el guía en estas sesiones es el chaman quien logra conectarse con el interior del “paciente” y explorar aspectos escondidos del individuo.

Entre las plantas usadas como psicoactivos podemos mencionar:

-       El tabaco (Nicotina sp)

-       La willca (Piptadenia columbina)

-       El pucacampachu o floripondio (Brugmansia sanguinea)

-       El chamico (Datura stramonium)

-       El san pedro o achuma (Trichocereus pachanoi)

-       La ayahuasca (Banisteriopsis caapi)

-       El yaji (Diploteris cabrereana)

No cabe duda, y a pesar de los prejuicios estas plantas siguen formando parte de las creencias y folclore de nuestro pueblo, algunas siguen vigentes y podríamos considerarlas como patrimonio cultural y natural de nuestra nación.

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 6 de febrero de 2021

Aves de San Juan de Lurigancho, parte 5: Capturando el vuelo

 Julio Abanto Ll y Joseph Moreno


En esta entrega contamos con la colaboración de Joseph Moreno e incluimos una fotografía de Ramón Fernández.

Una buena fotografía requiere definitivamente de mucha paciencia y estar alerta al momento adecuado, No les ha pasado que después de mucha espera aparece frente a ti una escurridiza ave y no tienes la cámara en la mano. Durante esta cuarentena pase varias mañanas en mi ventana, con cámara en mano esperando a la tangara azuleja, cuando apareció, se paró frente a mi ventana y dispare la cámara en varias ocasiones para perennizar el hermoso encuentro, cuando fui a revisar la toma, la cámara me advertía que debía ingresar la tarjeta de memoria, así estuve varias mañanas, hasta que logré capturarla en una hermosa fotografía.

¿Qué necesitamos para fotografiar aves?, ¿qué tipo de equipo es el necesario para una fotografía exitosa?, para ello le he consultado a mi gran amigo y extraordinario fotógrafo, Joseph Moreno, amante de las aves, quien nos comenta lo siguiente:

Es probable que tú también hayas crecido pegando tus autoadhesivos, en los famosos álbumes de Navarrete, como los de National Geographic o Discovery Channel. Algunos incluso recordaran como engomaban aquellas “figuritas” para conservarlas como un valioso tesoro.

Tal vez ese sea uno de los primeros factores para ser admirador de la naturaleza, de querer capturar el momento y tal vez tener tu propio álbum.

Aunque no parezca, en nuestro aglomerado distrito hay una gran diversidad de aves. Basta con darse una vuelta a la manzana y ver a los amantes voladores de las cucardas succionar su néctar, u observar hacia arriba, aquellos cables eléctricos donde reposan las inseparables tórtolas.

En tanto, existen aún espacios que tratan de sobrevivir ante la alteración que provoca el hombre, donde se pueden apreciar aves en todo su esplendor, esos son los lugares donde debemos prestar atención. Muy cerca tenemos las Lomas de Mangomarca y Lomas El Mirador (Amancaes), además del Parque Zonal Huiracocha y el Complejo Deportivo Monteverde. Y un poco más alejado como en Cerro Pirámide, Cantería o Colorado

El Prof. José Arenales inició jornadas de visita a las Lomas de Amancaes desde Canto Chico con el propósito de apreciar la lomas las aves que lo visitan. (Foto: J. Abanto, 2008) 

En la fotografía de aves lo que prima es la paciencia aparte del conocimiento técnico, como el de usar velocidades muy rápidas para retratar al ave, incluso cuando esta se encuentra en reposo. De hecho, tener un teleobjetivo de 300 mm a más, es una gran ventaja para este tipo de fotografía. Pero hoy en día casi la mayoría tiene un celular con cámara, lo cual también es de gran ayuda para los que empiezan con esta afición, ya que con un solo click y su modo automático por defecto se puede obtener buenos resultados.

Si tenemos una cámara réflex, por qué no aprovechar el modo ráfaga para congelar el momento. Incluso esta acción se puede realizar desde la mayoría de móviles al mantener presionado el botón de captura.

También es importante informarse bastante. Como saber de qué se alimenta el ave que queremos fotografiar. Por ejemplo, si queremos tener una instantánea de un “Azulejo - Violinista” (Thraupis episcopus), debemos tener en cuenta que uno de sus frutos favoritos es el Molle costeño (Schinus molle), entonces sabemos que es mucho más probable que encontremos esta ave en un parque donde abunde este árbol.

Tal vez algunos tengan un pequeño jardín o su ventana colinde con algunos árboles. Algo que a mí me ha servido es dejar algo de alpiste como cebo para retratar estas aves, otros usan bebederos con dulce para el caso de los colibríes.

Más que sacar una “buena foto”, es saber respetar el entorno de estos animales. Recuerden que una buena imagen puede generar conciencia sobre nuestro deber cuidado de medio ambiente y el respeto por los otros seres que tiene un valioso rol en nuestro planeta.

A continuación, hacemos entrega de seis nuevos avistamientos:

 

37. Cotorra de cabeza roja (Psittacara erythrogenys)

Ya es costumbre escuchar el bullicioso vuelo de estas aves que en bandadas grandes ocupan los árboles de parques y jardines. Estos loros son oriundos del Perú, aunque su origen se sitúa en la zona norte, se han adaptado muy bien a la ciudad. Tiene una longitud promedio de 35 cm, se caracterizan por su plumaje mayormente verde brillante, tiene una careta de plumas rojas en la parte superior de la cabeza y otra en la curva de las alas. Como toda ave psitaciforme es característica sus fuertes garras, el pico corto y curvo.

Este amiguito visito mi casa y no perdí la oportunidad de fotografiarlo (Foto; Julio Abanto, 2015)

38. Periquito esmeralda (Forpus coelestis)

Pequeño loro que alcanza un promedio de 12 cm de longitud, vuela formando grandes grupos y haciendo un ruido intenso, tiene un plumaje verde intenso, en el macho una franja azulina en la cabeza y en los bordes de las alas. Su alimentación consta de semillas y frutos. Suele acostumbrarse a la compañía humana por lo que a veces se los encuentra como mascotas.

El periquito alimentándose de molle, lamentablemente es un ave amenazada por el tráfico de animales (Foto: Joseph Moreno, 2019)

39. Golondrina Santa Rosita (Pygochelidon cyanoleuca)

Un ave difícil de fotografiar por su incesante y esquivo vuelo, típico su plumaje negro y enteramente blanco en el vientre y la parte inferior de la cabeza. Su pequeño tamaño de 13 cm termina en una cola corta ligeramente atijerada.  

Es difícil captar a la golondrina posando, incluso se alimenta al vuelo (Foto: J. Abanto, 2020)

 

40. Gorrión americano (Zonotrichia capensis)

En gran parte de nuestro territorio se lo conoce como pichuchanca, se diferencia del gorrión común o domestico por la pequeña cresta de plumas negras que muestra en la cabeza. Su cara es gris con una franja oscura y un collar de pluma color canela o rojizo. Mide 13 cm., y presenta un pico corto que le sirve para alimentarse de semillas y pequeños insectos.  

El gorrión americano suele encontrarse en los jardines alimentándose de semillas. (Foto: J. Abanto, 2020)

41. Mosquerito silbador (Camptostoma obsoletum)

Pequeño pájaro de apenas 10 cm., que se caracteriza por el aspecto despeinado de sus plumas situadas en la parte superior de su cabeza, presenta un plumaje de mayormente gris y un vientre más claro que hace resaltar sus patitas color negro. Suele alimentarse de insectos y frutos

Pequeña ave que se caracteriza por tener la apariencia de estar despeinada (Foto: Julio Abanto, 2020)

42.  Turtupilin (Pyrocephalus rubinus)

Uno de los pájaros más llamativos por el intenso color rojo de sus plumas situadas en el vientre y la cabeza, una franja negra parte del pico cubriendo los ojos, la muca, espalda y alas, aunque esta condición se observa en el macho ya que la hembra presenta un plumaje menos vistoso, otra variedad de turtupilin es uno enteramente de color marrón.

Turtuilin macho (Foto Joseph. Moreno, 2019)

Turtuilin hembra (Foto: J. Abanto, 2020)

Una variante vista en Lima el turtuilin melánico (Foto: Ramón Fernández, 2019)



lunes, 4 de mayo de 2020

Aves de San Juan de Lurigancho, parte 4: Las Lomas, el mejore escenario para su avistamiento y protección


Julio Abanto Ll.
Jorman Cabello Arzapalo.

Una nueva entrega con aves captadas por el equipo de Haz Tu Mundo Verde en Lomas el Mirador año 2018

San Juan de Lurigancho es un territorio de 131.25 km 2 y con una población que supera el millón de habitantes, es este espacio sobrepoblado mayormente por procesos informales se pone en riesgo la conservación de áreas naturales libres de ocupación humana.

Durante las últimas décadas es creciente la iniciativa ciudadana de proteger quebradas y zonas altas de los cerros, lugares cuyo paisaje es impensable, donde la neblina invernal transforman las estériles rocas en un despertar de vegetación, a estos hábitats los denominamos lomas.                                                                  

Antiguamente todas las cadenas de cerros que rodena Canto Grande formaban parte de un extenso ecosistema de lomas, los cuales con el tiempo se han fragmentado en espacios de relictos de vegetación, En nuestro distrito sobreviven solo  tres lomas: Payet, Amancaes, Mangomarca, una cuarta situada en cerro Negro (límite de Anexo 22 y PPJJ Enrique Montenegro) sucumbió ante la paulatina ocupación humana de su ámbito, fue identificado por el geógrafo José Manuel Mamani como parte del inventario del programa lomas costeras de Lima en 2013.

Distribución de Lomas en quebrada Canto Grande (MML, 2013)

Una de las Lomas más conocidas son las de Amancaes la cual se ha restringido a la parte alta de cerro San Jerónimo, espacio declarado inicialmente como intangible por el ministerio  de Cultura, protegiendo un conjuntos de evidencias conformadas por murallas, plataformas, recintos y estancias de diversas épocas de nuestra prehistoria. Su importancia ecológica es reconocida desde mediados del siglo XVII cuando  Santiago de Cárdenas, pionero de la aeronáutica peruana ascendía hasta su cumbre para realizar estudios de aves, incluyendo la presencia del imponente cóndor

Este hábitat especial también  es hogar de una cantidad significativa de especies de aves y está dentro del proyecto de conservación que promueve la organización Haz Tu Mundo Verde que busca restaurar el ecosistema y promover el turismo de naturaleza.

Hace algunos años lo que nació como un juego de amigos comienza a hacerse realidad. En el distrito de San Juan de Lurigancho se promueve el circuito ecoturístico del Mirador donde, entre otras cosas, el avistamiento de aves se ha convertido en uno de los atractivos más importante para el visitante logrando apreciar en cada uno de los recorridos diferentes especies en las distintas estaciones del año, entre las especies que podemos encontrar tenemos a la Lechuza del arenal, Cernícalo americano, Fringilo platero, Minero peruano, Chirigüe de Raimondi, Gorrión de collar Rufo, entre otros variedades que conforman el espectáculo de vida que la naturaleza nos regala.

Estas Lomas se encuentran cercanas al núcleo urbano, sin embargo, el crecimiento desmedido de la densidad poblacional ha provocado la depredación de muchas hectáreas de este ecosistema y ha generado impactos sobre la diversidad biológica. Es así que el 7 de diciembre del 2019 el gobierno estableció la primera área de conservación regional (ACR) de nuestra capital: Sistema de Lomas de Lima. Esta ACR supone la protección de 13,475 hectáreas de lomas alojados en los cerros de 10 distritos de Lima metropolitana, en la que se incluye a nuestras Lomas de Amancaes.

Lomas de Payet, hacia el lado de SJL en UPIS Huáscar (Foto: Julio Abanto 2018)

Lomas de Mangomarca tiene un inicial registro en la década de los 90 del siglo pasado. El 2005, gracias al trabajo del Instituto Ruricancho y Bionapac se logra un inventario su bio diversidad y sitios arqueológicos. Ese mismo año julio Abanto registra sitios prehispánicos y coloniales en los cerros de Canto Grande en lo que es ahora Lomas de Payen (PPJJ UPIS Huáscar), reconoce su ámbito ecológico tan comparable como el de Mangomarca. Ahora existe un trabajo incesante de colectivos como CODEPACMA, Asociación Lomas de  Mangomarca y Montaña Sagrada para atender la conservación de estos dos importantes lugares.

En un distrito donde, la carencia de áreas verdes es elevado, poseer lomas en nuestros cerros es sencillamente un milagro, más allá del goce de recorrer estos ámbitos es aprende y ser testigos del despertar de vida que brindan. Observar aves es un plus para quienes desean conocer estos paradisiacos lugares. Por ejemplo, en Lomas de Mangomarca durante la  jornada realizada como parte del Global Big Day del 2018 se logró reportar 18 especies de aves, un buen indicador de la biodiversidad presente en estas zonas.

Cuadro cortesía de Yovita Barzola, en base a una jornada de avistamiento de aves, en 2018

Gracias al trabajo de equipo de Haz tu Mundo Verde les mostramos una serie de pájaros fotografiados en lomas El Mirador, altura de Canto Chico. Importante agradecer a los biólogos Luis Alza, Cynthia Romero y Roobert Jiménez por el apoyo en la construcción de este artículo y a mi entrañable amiga Yovita Barzola.


19. Halcón Peregrino (Falco peregrinus)
Hermosa ave rapaz, familia de las falconidaes, de gran distribución en nuestro territorio, es un ave cazadora por excelencia, por su técnica de caza en picada puede alcanzarlos 300 km/h., lo que la califica como el animal mas rápido, acostumbrado a recorrer grandes distancias su distribución es bastante amplia en todo el continente. Su tamaño promedio es de 50 cm, presenta un plumaje en toda la parte superior del cuero de colo negro azulado a gris, con franjas oscuras, el pecho y las patas blancas con pequeñas manchas negras

Halcón captado en cementerio El Sauce en temporada de fenómeno del Niño (Foto Julio Abanto, 1997)

20. Cernícalo americano (Falco sparverius)
Esta pequeña falcónida se extiende desde todo Norte América hasta la Patagonia. Presenta marcadas diferencias entre macho y hembra en este caso de tamaño (Las hembras son de mayor dimensión) y coloración del plumaje. presenta la cabeza y alas grises el lomo y la cola rojizo. Una característica franja oscura que baja de los ojos, el pecho de un plumaje claro con manchas oscuras. Es un depredador por excelencia de roedores y pequeño animales.  

Cernícalo americano en lomas El Mirador (Foto Jorman Cabello, 2018)

21. Tortolita Moteada (Metriopelia ceciliae zimmeri)
También conocida como torotolita de la tierra por sus hábitos de estar siempre sobre el suelo donde encuentra su alimento. Es del tamaño de la tortolita peruana de la cual se diferencia por la membrana periocular de color anaranjado que rodea sus ojos. su plumaje es gris parduzco.

 Una tórtola pocas veces vista en la ciudad (Foto: Jorman Cabello, 2018)

22. Huerequeque (Burhinus superciliaris)
Aunque prefiere las zonas áridas y alejadas de la ciudad, cada ves es mas frecuente alistarlas en los cerros y áreas de lomas. De hábitos nocturnos es un ave de tamaño mediano, suele correr con sus largas patas como lo hace un avestruz antes de emprender el vuelo haciendo su característico sonido que le ha dado su nombre. El plumaje mayormente de tonalidad gris, el viente blanco y unas franja blanca sobre su enormes ojos y otra linea negra en forma de ceja. Mide aproximadamente 40 cm. 

Impresionante foto de alcaraván peruano o huerequeque (Foto Jorman Cabello 2018)

23. Yanavico (Plegadis ridgwayi)
Si bien es un ave netamente de la zona alto andina se registra en nuestra ciudad en la áreas de humedales próximos al litoral, en nuestro distrito han sido fotografiado en lomas El Mirador (Amancaes), constituyéndose en un valioso registro sobre su presencia en nuestra ciudad. característico de ta ave es su pico largo y curvo así como su plumaje oscuro tornasolado.  Otro nombre con el que se le conoce es "ibis de la puna".

Grupo de yanavicos descansando en Lomas El Mirador, cerro San Jerónimo (Foto: Gabriel Moya, 2018)

24. Chichirre (Anthus lutescens)
Con un plumaje que se mimetiza muy bien con su entorno, muy común verla en la zona de lomas de Mangomarca, Payet y Amancaes, donde tiene el gusto de desplazarse por el suelo haciendo un típico zumbido algo largo y descendente. Suele anidar sobre el terreno donde habita.

 Un caminante de las lomas (Foto: Jorman Cabello, 2018)
25. Fringilo de cola bandeada (Phrygilus alaudinus)
ha sido vista en Lomas de Amancaes, tiene el tamaño de un gorrión, posee un pico fuerte de colo amarillento intenso. Toda la cabeza y el torso es de color gris, el pecho y el vientre de un tono blanquecino como la franja que rodea la cola.

El hermoso fringilo (Foto: Jorman Cabello, 2018)
26. Minerito peruano (geossita peruviana)
También conocido como pamperito, es un pájaro endémico del Perú, se sitúa por toda la franja costera hasta los 700 msnm. De tamaño pequeño, alcanza los 13 cm, presenta una coloración blanquecino gris. Acostumbra estar en el suelo de donde obtiene su alimento.  

Un pájaro endémico de nuestra costa (Foto: Jorman Cabello, 2018)

Referencias
  • Jiménez Reyes, Roobert y Rosalie Pérez Oviedo (2018) Lomas de Mangomarca: un oasis de neblina escondido en San Juan de Lurigancho. En: San Juan de Lurigancho Historia y Presencia. Ediciones Gato Viejo. Lima
  • Zuchetti, Anna.; G. Merzthal, Roobert Jiménez, José Mamani, J. Roque, B. León, Asunción Cano, Helena Sisniegas, Julio Abanto, Milagritos Jiménez y Villar. (2014). Lomas de Lima: futuros parques de la ciudad. Servicio de Parques de Lima. Ediciones Wust. Lima.