viernes, 27 de marzo de 2020

Transformar el desierto, San Juan de Lurigancho hace 3500 años


Lic. julio abanto ll.


Reconstrucción hipotética del Templo en U Azcarrunz. (Elaborado pro Julio Abanto)


Los primeros vecinos de la zona rustica de Canto Grande, seguro deben recordar ese verde paisaje de los amplios campos de cultivo que se encontraban demarcados por canales de riego y antiguos muros de tapia; y más allá, donde se abre la pampa, la naciente urbanización de Canto Grande. De ese recuerdo ya han pasado 50 años.

Pero, en algún momento nos preguntamos en qué instante la desértica quebrada se convirtió en un espacio productivo, lo más razonable sería pensar que fue durante la época de las haciendas, es decir desde la colonia. No es así, ya los españoles han dejado testimonio escrito haciendo referencia a la ingeniería indígena y su exitoso sistema que permitió aprovechar al máximo el abanico aluvial de los valles costeños.

Según se estima, el valle bajo del Rímac comprendía unas 30 000 Ha., de suelos aptos para el cultivo. Todo ese ámbito ha sido ocupado por la creciente ciudad de Lima. Para nuestro distrito hemos calculado que, el área económicamente productiva comprendía los 15 km2., hablamos de una sorprendente cantidad de tierra transformada en épocas prehispánicas.

Pero cuándo se inició este proceso transformador. Sin duda, el manejo del espacio y aprovechamiento de recursos obedecen fundamentalmente a dos aspectos: la presencia de una clase social estratificada y organizada, así como un alto nivel de población con una mayor demanda alimenticia. Claro está que una comunidad organizada ya ha logrado el desarrollo de técnicas agrícolas adecuadas al territorio que maneja y conoce el ciclo del agua regido por las estaciones.

Foto aérea del Servicio Aerofotográfico Nacional, 1945.  Se observan los montículos rodeados por campos de cultivo y el canal de riego cruza delante del conjunto.

En el caso de San Juan de Lurigancho y el valle del Rímac, este proceso parece iniciarse en el periodo que conocemos como Inicial (1800 A 1000 a. C), es decir, después del surgimiento de civilizaciones como Caral.

Dos aspectos tecnológicos son las características que marcan a las culturas durante este periodo, la presencia de arquitectura monumental con un patrón de edificios con planta en “U” y la aparición de la alfarería.

En la costa central del Perú el patrón arquitectónico conocido como templos en “U” (Willians, 1988); es usual entre los valles de Huaura y Lurín y más adelante se expande e incorpora al complejo Chavín de Huantar. Aquí en nuestro distrito teníamos una hermosa muestra de estructura pública en la zona de Azcarrunz Alto, las dos plataformas laterales que acompañan a la pirámide central, cada una alcanzaban una extensión que supera los 150 mts. de largo y definían en su conjunto una gran plaza rectangular. El cuerpo central de 180 mts de largo presentaba una mayor altura, quizás superaba los seis metros, todo el conjunto se orienta al noreste. Hoy increíblemente desaparecido y sobre el lugar se encuentra actualmente el local de un moderno mercado que abastece Zárate,  en la actual Av. Lurigancho.

En el valle del Rímac encontramos diversos de estos monumentos con planta en “U” como son: La Florida (El Rímac), las Salinas (Ate Vitarte), San Antonio (Huachipa), Garagay (San Martín), etc.

Para aprovechar los fértiles suelos se construyen dos canales el más antiguo toma sus aguas del Rímac en la zona de Campoy y otro capta las aguas del Huaycoloro cerca de su encuentro con el Rímac. La finalidad de los canales fue abastecer de agua y ampliar el área agrícola, esta impresionantes obras estuvieron vigente hasta hace pocos años. Durante el desborde de ese río, sucedido durante el año 1998, quedó sepultada para siempre. Se imagina usted, la cantidad de mano de obra y tiempo que invirtió a nuestros ancestros construir el enorme canal, cruzarlo por la ladera de los cerros y formar una red de acequias. Imaginarlo es sencillamente increíble. En mi niñez he sido testigo de esa maravillosa obra, me he bañado en sus transparentes aguas, su trayecto dibujaba el horizonte donde el piso del valle se junta con los cerros, en ese vértice se extendía el trazo flanqueado por un tupido manto de carrizo, caña brava y colas de caballo.

Fragmento de figurina que representa un rostro humano con evidencia de decoración facial (Foto Julio Abanto , 2003).
Recreación de figurina según rasgos decorativos que presenta. (Elaborado pro Julio Abanto)


Otro logro bastante significativo es el surgimiento de las técnicas alfareras. Los fechados más antiguos para cerámica se tienen del sitio Huaca La Florida (El Rímac), arrojó una antigüedad de 3.660+/-170 años. (Patterson, 1998). Hace ya varios años se pudo ubicar fragmentaria que fue recuperada de estratos profundos que fueron expuestos a lo largo de zanjas que  abrió la empresa SEDAPAL en la Av. Próceres de la Independencia, en su mayoría se tratan de  hoyas sin cuello y cuencos, existen evidencias de figurinas y piruros esta última sirven para el hilado de fibras como el algodón y la lana de camélidos. Las evidencias distan unos 3 Km. del Templo de Azcarrunz.

Así de impresionante es nuestro pasado.




BIBLIOGRAFIA RECOMENDABLE.


ABANTO LLAQUE, Julio H.
2009                Evidencias arqueológicas del Periodo Formativo en la quebrada de Canto Grande, valle bajo del Rímac. En: Boletín de Arqueología PUCP. N° 13: 159 -185.

AGURTO CALVO, Santiago
1984                    Lima prehispánica. Municipalidad de Lima. FINANPRO, Lima.

BONAVIA, Duccio
1990                     Perú. Hombre e Historia, de los orígenes al siglo XV. EDUBANCO, Lima.

MILLA VILLENA, Carlos
1974                Inventario, Catastro y Delimitación del Patrimonio Arqueológico del Valle del Rímac y Santa Eulalia. Centro de Investigación del Instituto Nacional de Cultura, Lima.

PALACIOS LINARES, Jhonatan.
1987                     Secuencia de la cerámica temprana del valle de Lima en Huachipa. En: Gaceta Arqueológica Andina. Año IV, N° 16: 24 - 31.

RAVINES, Rogger
1985                Inventario de Monumentos Arqueológicos del Perú: Lima Metropolitana. Instituto Nacional de Cultura y Municipalidad de Lima Metropolitana, Lima.

ROSSELLO, Lorenzo
1997                Cantogrande y su relación con los Centros Ceremoniales de Planta en “U”. Lorenzo Rosselló Editor. Lima.

SILVA SIFUENTES, Jorge y Rubén GARCIA.
1997                Huachipa-Jicamarca: cronología y desarrollo sociopolítico en el Rímac.  En: Bulletin de L´Instituf Français d´Études Andines. Tomo 26, N° 2: 195 - 228.

WILLIANS LEON, Carlos
1980                Complejos de Pirámides con Planta en “U”. Patrón arquitectónico de la costa central. En: Revista del Museo Nacional. XLIV: 95 - 110.
 

jueves, 26 de marzo de 2020

San Juan de Lurigancho y el origen de la civilización en los andes peruanos: Las primeras construcciones monumentales.


Lic. Julio Abanto Ll.

El centro ceremonial fue uno de los centros religiosos más antiguos del valle del Rímac (Elaborado por Julio Abanto).

Como peruanos llena de orgullo que, ante el mundo nos corresponda ser dueños de una maravilla mundial. Hace más de cien años mostramos Machupícchu a la humanidad y ahora somos considerados como un ámbito donde se forjó la civilización.

Tener sociedades que, desde hace 5000 años lograron altos niveles de organización y cultura compleja, sólo se logra sobre la base del desarrollo amplios conocimientos tecnológicos, manejo de territorio y de los recursos que allí existen, además de establecer una organización social estratificada. Es el caso de Caral, complejo arqueológico situada al norte de la ciudad de Lima, al interior del valle de Supe. Caral expone un conjunto de edificios piramidales y espacios públicos que nos hacen pensar en una cultura avanzada, donde la religión tuvo un rol significativo. Este lugar es sólo un ejemplo de las maravillas arquitectónicas que nos han dejado nuestros ancestros y que nos posesionan como un territorio admirable.

A lo largo de su historia los pueblos y culturas que se establecieron en el área andina, enfrentaron diversos acontecimientos que tuvieron un impacto social, religioso y cultural que influyó en las siguientes sociedades. Es evidente que, tanto el espacio geográfico como los recursos disponibles fueron los elementos que, en conjunto con la capacidad del hombre, amoldaron su forma de vida y diseñaron sus  distintos modos de producción.
                                                                                      
Las primeras aldeas tienen como principal característica un cambio sustancial en la vida del hombre, quien del sedentarismo pasó a actividades productivas como la ganadería de camélidos y la agricultura. El registro arqueológico nos habla que a lo largo de la costa central encontramos asentamientos que datan del 6,000 a. C.  Mientras que la arquitectura monumental propiamente dicha hace su aparición en el 3,000 antes de Cristo. A todo éste periodo se le conoce como Arcaico o Precerámico Tardío y como su nombre lo indica una de sus características es la ausencia de alfarería.

Fotoaerea del centro ceremonial (SAN 1944)

La existencia de una estructura monumental conocida como 15 de Enero o Centro Ceremonial Canto Grande, indica un dominio y uso de estas tierras desde hace 5.000 años. Debemos mencionar que la arquitectura monumental temprana está asociada a ideas de un alto nivel de organización social y de una economía ya autosuficiente. Ya para el 3000 a. C. El uso del algodón como fibra útil para la textilería define una industria nueva con la cual, no sólo, se complementa la parte del vestir del hombre sino también contribuye con la alimentación al permitir confeccionar redes para la pesca.

El Templo de 15 de Enero (San Juan de Lurigancho),  lamentablemente desapareció a inicios de la década del 70, cuando el ejercito alteró el terreno para un programa de vivienda que se otorgó a los damnificados de la torrencial lluvia del 15 de enero de ese año, de allí la razón de su nombre. Se situaba en la zona denominada Cuello de Amancaes, pues era el paso natural hacia las pampa del actual distrito del Rímac, un sendero en zigzag y delimitado por un empircado de rocas era la obra vial de conexión que fue usado hasta hace décadas pasadas.

Reconstrucción hipotética del centro ceremonial Canto Grande (Elaborado por Julio Abanto)


A pesar que el sitio fue arrasado el años de 1970, las fotos áreas, anteriores a esa fecha, muestran muy buenos detalles de sus componentes y dimensión, razón por la cual es fácil la fotointerpretación de su forma. El complejo monumento se compone de una enorme planta cuadrangular construida sobre una serie de plataformas que nivelan el terreno, contenían dos plazas circulares a desnivel, una de ellas encerrada por un gran vestíbulo que se comunicaba con una estructura piramidal central. Este complejo se extendió en un área que supera los 15000 m2., por su orientación parece indicar que encontraba relacionado a caminos ceremoniales (geoglifos) que se extendían en la pampa y que se dirigían a la parte alta.

Sin duda, además de ser un centro ceremonial, desde allí los antiguos sacerdotes miraban el cielo para componer el calendario agrícola que regía la vida de aquel entonces para las poblaciones del valle bajo del Rímac. Las poblaciones debieron congregarse en fechas especiales para escuchar a su elite e iniciar un conjunto de actividades rituales.

En la misma zona de Canto Grande, en la pampa, se construyó un complejo sistema de líneas y figuras  que datan, según Lorenzo Rosselló del 2,500 a. C. De los  Geoglifos de las Pampas de Canto Grande, en actualidad hemos descubierto más de estos geoglifos dispuestos, incluso, en zonas elevadas. Por la cantidad de material asociado no dudamos que su uso se prolongó hasta la misma época Inca. Originalmente las rayas más gigantes superaban los cuatro kilómetros de extensión y atravesaban toda la pampa, las figuras más comunes  son las de plante trapezoidal y rectangular.

Evidencia de culto y construcciones en la parte alta de la quebrada (Foto: Juluo Abanto, 2008)


Lorenzo Rosello, excavó una interesante estructura de plata circular, el cual incluía componentes constructivos que se encontraban es estrecha relación son salidas y puestas de sol en determinadas fechas del año, es por ello que se designa una función astronómica al conjunto. Lamentablemente nada queda de esta estructura.

Las actuales investigaciones, que venimos realizando revelan que se tratan de caminos destinados a peregrinaciones y ceremonias. En el caso de figuras complejas posiblemente sirvan para ejecutar danzas y competencias rituales las que están destinadas a venerar a los cerros protectores de la comunidad.

Es una lastima que en centro ceremonial no exista, su presencia significaría posesionar al distrito como un centro de importancia emparentado culturalmente a Caral y por que no decirlo, sería la huaca más antigua de Lima.


Para saber más puede consultar:

ABANTO LLAQUE, Julio H.
2003       “Nuevos geoglifos en la parte alta de la quebrada de Canto Grande-valle del Rímac”. En: Unay Runa. Lima N° 6. pp. 30 - 37

CHAMORRO GARCÍA, Anderson
2003       “Introducción al estudio arqueológico de San Juan de Lurigancho. Lima”. En: Unay Runa. Lima N° 6. pp. 19 - 29

ROSSELLO, Lorenzo
1978      “Sistemas Astronómicos de Campos de Rayas”. En: Actas del III Congreso del Hombre y la Cultura Andina. Editor Ramiro Matos. Tomo II, pp. 521- 534. Lima.
1997      Cantogrande y su relación con los Centros Ceremoniales de Planta en “U”. Lorenzo Rosselló Editor. Lima.

ROSSELLÓ, Lorenzo; Cirilo HUAPAYA M. y Luis MAZZOTTI.
1985      Las Rayas y figuras en la Pampa de Canto Grande. En: Boletín de Lima. Vol. VII; N° 39; pp. 41 - 58. Lima.


miércoles, 18 de marzo de 2020

EPIDEMIAS EN SJL: UNA MIRADA A CÓMO NOS FUE Y CÓMO VAMOS


Lic. Julio Abanto Ll.

Hoy miércoles 18 de marzo, tercer día de cuarentena en Perú, se declaró en nivel tres del coronavirus y un compatriota muere en Madrid consecuencia de este mal.  La primera alarma la tuvimos el 11 de marzo por parte de una familia que retorno de Europa y decidió auto aislarse y solicitar al MINSA el descarte respectivo, hasta la fecha no es claro si existen pacientes con el virus.

Mapa en tiempo real del avance del Virus COVID-19 a nivel mundial, seguir en siguiente enlace:  https://gisanddata.maps.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6

Desde el desarrollo de las vacunas, los índices de mortandad o sobrevivir con un mal producto de una enfermedad infecto contagiosa, mantiene cifras moderadas. De niño recuerdo que era común encontrar a familiares atacados por la poliomielitis, enfermedad que afecta en los infantes el sistema nervioso y producía deformidad en las extremidades y la posibilidad de no poder desplazarse con normalidad.

Siempre escuché a mis amigos del pueblito de Lurigancho hablarme de la peste y otras enfermedades producidas después de los terremotos como los que se produjeron en el cuarenta y setenta, desastres que causaron muchas muertes, ya para entonces el antiguo cementerio situado al costado de la capilla había dejado de funcionar y la gente empezó a enterrarse en los cementerios de El Sauce y Mangomarca.

Ha transcurrido un años y un par de meses que nuestros vecinos se volvieron a colocar las mascaras, esta vez no fue por un aniego de aguas servidas. (Foto. Archivo ICR 2019)

Desde el pasado vivimos rodeados de males que han afectado a nuestra población, en algún momento hice un trabajo con mi colega Joaquín Narváez sobre el mal de Chagas el cual se transmite por un chinche y que en las regiones del sur del país cobra muchas vidas. Este mal trasferido por un insecto que acá llamamos “chirimacha” sigue causando muertes en zonas rurales que van de México hasta el sur de nuestro continente y sus cifras llegan anualmente a 10 000 fallecidos[1].

Otro infección y muy recurrente en las impresiones de ceramios moche es la uta o leishmaniosis, la cual se caracteriza por la aparición de ulceras en la piel, incluso en el rostro que en casos severos terminan carcomiendo la cavidad nasal[2].

Esta reciente pandemia hizo su aparición en el continente asiático en 11 de febrero y antes que llegue a nuestro país, teníamos cifras alarmantes de dengue y otras afecciones producidas por picaduras de mosquitos, la cifras son alarmantes entre octubre del 2019 a la fecha se suman más de cuarenta fallecidos y más de 14 casos[3].

Avancen del dengue antes del reporte de primeros casos de COVID-19 (https://es.wikipedia.org/wiki/Epidemia_de_dengue_de_2019-2020_en_Per%C3%BA#/media/Archivo:Epidemia_de_dengue_de_2019-2020_en_Per%C3%BA_actualizado.png)

Históricamente en nuestro país se presume que el primer casi relevante de infección como consecuencia del proceso de conquista fue el Inca Huayna Capaq, estando en Quito sufre un grave mal que sospecha fue la viruela enfermedad que, en 1545, eliminó a millones de pobladores de Mesoamérica. La viruela se propago con los primeros españoles y luego con el arribo de esclavos africanos procedentes de Panamá[4].

Basta con mirar los primeros censos y echar un vistazo el tamaño de la reducción indígena de San Juan de Lurigancho para entender el alto nivel de mortandad que se sucede en los primeros veinte años fundada la ciudad de Lima. Por la dimensión de área útil y distribución de sitios arqueológicos se estima que Lurigancho debió tener unos tres mil habitantes, los cuales se redujeron a unos cientos en pocos años. Fue tan alarmante que la percepción indígena a esta afectación presumía que era la falta de mantener sus antiguos cultos lo que hacía que los costeños, “los yuncas” desaparezcan y a si lo cito del manuscrito de padre Francisco de Ávila:

“….Es posible que los yuncas ya no observen públicamente este culto (a Pariacaca); sin embrago, todos los yuncas siguen practicándolo, cada uno por su lado. Cuando no lo hacen, la gente dice que por esta falta los yuncas se extinguen.
Y ellos, los yuncas dicen: “Los habitantes de las punas sigan observando correctamente nuestras antiguas costumbres; de esta manera la gente se multiplica”.

otro episodio interesante es el reconocer que habían enfermedades endémicas en nuestra región una de ellas la verruga peruana (Bartonella bacilliformis ), la cual tiene un momento memorable cuando Faustino Sánchez Carrión, en su afán de contribuir a erradicar este mal se inocula la enfermedad y hace un detallado seguimiento a la sintomatología, lamentablemente la malestar se complica y el mártir de nuestra medicina fallece el 5 de octubre de 1885.

El riesgo a contagios en un ámbito con poca población es bajo, ahora somo un distrito que en solo 50 años ha crecido enormemente, si a esto le sumamos las condiciones de pobrezas, falta de acceso a servicios básicos, bajo nivel de información y la poca voluntad de hacer bien las cosas tenemos una verdadera bomba de tiempo, la pregunta es, que tanto estamos preparados para enfrentar una crisis sanitaria.

Aun seguimos discutiendo sobre la necesidad de más de un hospital en nuestro territorio, contamos con solo uno de nivel 2-II y una red de centros de salud y postas médicas. Antiguamente solo existía una asistencia media que se deba en la capilla del pueblito, por el crecimiento de población fueron apareciendo en Campoy, Caja de Agua, Las Flores, etc.

Consultorio médico de Santa Ana, en pueblito de Lurigancho 1960 (Archivo Ruricancho) 
Centro médico de Campoy en plena década del setenta (Archivo Ruricancho)

Con el desarrollo de la ciencia medicas y las vacunas, hemos logrado controlar diversas enfermedades y el nivel de contagio ha sido bajo y es que, durante el siglo XX, la cantidad de epidemias se pueden contar con los dedos de la mano desde la gran gripe española (1918-1919) que causo 50 millones de víctimas. Hasta el último gran mal del siglo pasado, el SIDA; el cual desde 1981, ha producido más de 30 millones de muertes y sigue en aumento.

En este nuevo siglo epidemias ocurren cada dos años. Es decir, su registro y frecuencia es mas elevada. Esto no es un juego, son cifras reales. Volviendo a nuestro distrito desde su fundación hemos atravesado por “el colera”, un mal que fue detectado en las cotas de Chimbote y luego se extendió a gran parte del país, la cifras de muertes llego a los 2909[5].  Entre el 2009 al 2010, llego a nuestro país la gripe H1N1 y durante este tiempo las cifras de muertes llegaron a 159 personas.

Mapa con la red de salud del MINSA en nuestro distrito (http://visor.geoperu.gob.pe/)

Un mal reciente fue el Zika, el Minsa confirmo que, en 2017, llego a su tope controlando los 180 casos reportados sin ninguna muerte[6] . El virus actual es diferente merece de la comprensión y colaboración de todos, jamás hemos tenido que aíslanos, antes asumir las recomendaciones como lavar bien los alimentes, evitar que se estanques las aguas y vacunarse bastaba, ahora debemos vivir en cuarentena y es necesario. Un distrito donde el nivel de desnutrición es alto, el nivel de enfermedades respiratorias también, niveles elevados de anemia y tuberculosis nos hace pensar que somos un distrito con alto riesgo.

Quisiera terminar con freses alentadores, pero lo que he visto en mis vecinos no es nada responsable ni consolador. Sinceramente no salgan de su casa, haga un programa de actividades en familia, infórmese bien, abastézcase sin acaparar, pero sobre todo no tome en broma este tema. El coronavirus mata, no cargue en la conciencia ser el responsable de llevar la muerte a su hogar.



[1] http://www.scielo.org.pe/pdf/rins/v26n4/a12v26n4.pdf
[2] http://www.dge.gob.pe/buho/buho_leism.pdf
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Epidemia_de_dengue_de_2019-2020_en_Per%C3%BA
[4] http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/epidemiologia/v09_n1/historia_ultimas_epid.htm#
[5] http://www.fao.org/3/ab416s/ab416s.htm
[6] http://www.dge.gob.pe/portal/docs/vigilancia/sala/2018/SE01/zika.pdf

sábado, 7 de marzo de 2020

Doña Libia, el centenario de una oriunda luriganchina

Lic. Julio Abanto Ll.

Un radiante Libia Trinidad a sus veinte años (Archivo Ruricancho: 2018)


Doña Libia Arias, nació en el suelo de nuestro distrito en 1919, exactamente en un rinconcito de los linderos de la ex hacienda Zárate. Fue la menor de doce hermanos, sus padres llegaron a Lurigancho desde la hacienda Ate, sus abuelos maternos eran de Cañete y los de su padre, chinchanos.

Se imaginan que alguien les cuente como era nuestro distrito en el pasado, hace cien años atrás, sencillamente  ese sueño sería como  tener la máquina del tiempo en tus manos. Por haber nacido en éste suelo tengo el privilegio de ser amigo de muchos vecinos del pueblito de Lurigancho. De todos esos honorables vecinos mi admiración es para doña Libia y no por su longevidad sino por su contagiante chispa y su maravillosa voz que con delirio puede cantar “el payande”, valses y boleros de antaño, más fascinante es esa capacidad de recordar todo y he quedado encantado con sus relatos, soñaba con ese Lurigancho rural, casi imposible de creer cuando vez el asfixiante mundo que nos rodea.

En compañía de sus entrañables amigas y vecinas del Pueblito, parque Yungay (Cortesía de la Familia Taranco)

Quizás he perdido la cuenta de cuantas veces escuche sus historias, sé que cantó con Chabuca Granda cuando se hacían las fiestas de primavera y las del patrono San Juan, don Enrique Solari solía traer a nuestra destacada cantautora a su casa de campo y compartían con ellos la celebración pueblerina.

Sus recuerdos sobre su viejo San Juan son realmente impresionantes y eso es lo que hace tan especial a nuestro pueblito de Lurigancho por ser un espacio de memoria viva. Ella me decía: “Yo nací el día de la santísima Trinidad por eso me llamo Trinidad Libia, mi madre daba pensión a los trabajadores de la hacienda y yo tenía que ayudarla, aunque siempre me daba mis escapaditas para jugar por el campo, por las tardes casi al anochecer me escondía entre los matorrales de los caminos y hacia creer a los caminantes que había espantos en el valle”. Cuando comienza a contar sus anecdotas su mirada se pierde y suelta sonrisas como recordando lo inmensamente feliz que ha sido su vida y después de una pausa sigue diciendo:  “Me gustaban los recorridos por Campoy, cuando traía las acémilas que descansaba en los potreros de esa zona, eso animalitos conocían todo el camino yo los montaba y miraba para ambos lados, todo era chacra y enormes árboles que cubrían todo el trayecto, cuando los hacendados soltaban el agua para el riego al día siguiente recogíamos los camarones entre los surcos.

Ella me contó que al costado de la escuelita quedaba la casa del señor Valdivia donde había un huerto en el que existían como catorce panales de abejas, pues el negocio de don Valdivia era vender miel, le pregunté: ¿y qué travesura hizo usted?, y respondía: “Como no había baño a veces nos íbamos a esos huertos por estar cerca da la escuelita y era una tentación ver la cera llenecita de miel, así que mi intención era agarrar un pedacito. ¡Para que lo hice!, las abejas me comenzaron a picar y a toda carrera entré con abejas y todo a la escuela, ¿se imagina lo que paso?, me dijo, “Todos los niños y la maestra terminaron con los ojos hinchados de tanta picadura”.

Doña Libia cumplió en junio del 2019, 100 años y su sola existencia representa una apreciable fuente de conocimientos históricos sobre nuestro distrito; en resumen, es como decirles que, de todo ese millón de habitantes, la única oriunda de este gran territorio  es ella.

Artistas locales pintando a nuestra ilustre vecina en uno de los pilares del Metro Linea 1, Estación Los Jardines
(Cortesía Red Cultural de SJL, 2017)

A pesar de lo argumentado la celebración de su centenario paso casi desapercibido y es que muy pocos la conoces, y quienes lo han logrado con orgullo han plasmado su rostro en los pilares del Metro, su imagen aparece en varios reportajes y notas escritas sobre aquel San Juan de Lurigancho que parece perderse con los años, su onomásticos no tuvo medallas, condecoraciones o cualquier otro homenaje especial.

Julio Abanto al lado de doña libia, una memorable noche del 2014 (Archivo Ruricancho)

Es triste reconocerlo pero los años nos arrebatan protagonistas valioso de nuestra raíces, la herencia pierde valiosas páginas con la partida de cada uno de ellos y es que poco a poco se nos van como también la ha hecho Don Valdivia, Don Lino, Don Alejandro Benavides, Don Manuelito Sanchez, recientemente Don Romerito y también Don Máximo Gestro que superó los 105 años y nos preguntamos cuándo realmente haremos un justo homenaje a los impulsores de esta hermosa tierra. Esa enorme deuda aún nos queda y por ello comparto con ustedes el anhelo de no olvidarnos de nuestros ilustres vecinos, de no esperar que el fin de ciclo de la vida no los arrebate, doña Libia merece todo nuestro reconocimiento y admiración.