miércoles, 16 de octubre de 2019

LA CULTURA LIMA EN SAN JUAN DE LURIGANCHO


Lic. Julio Abanto LLaque

Una gran sorpresa encontrar a un entrañable amigo, Marco Iván Cabrera solía invitarme a su programa por radio de eso ya hace muchísimo tiempo, ahora ocupando un cargo público en la municipalidad de mi distrito, me invita a conversar sobre acciones culturales y otras ideas.
Tan pronto nos sentamos me dijo: “tengo una sorpresa para ti”, mientras yo le alcanzaba el libro que acabamos de publicar sobre la historia de San Juan de Lurigancho, él coloco una caja sobre la mesa. Hasta ese momento nunca imaginé que al interior de ese empaque de cartón se encontraba un bello un ceramio, al contemplarlo no pude creer lo que veía, mi mente se trasladó al año 1996, cuando en el museo de Puruchuco pude revisar la colección de vasijas de estilo Lima tardío que habían sido halladas en Mangomarca en los años 60.

Cántaro Lima hallado en la zona de Las Flores

Después de un breve silencio le dije, “sabes que esta pieza tiene 1500 años de antigüedad”.  A pesar de los años se encontraba en perfecto estado, algo salinizada, pero al fin recuperable, por lo que ofrecí financiar el tratamiento de conservación, fue así que me contó que la pieza había sido hallada por unos familiares suyo en la zona de Las Flores, exactamente entre el paradero 5, es decir en las faldas de cerro Observatorio, el cual  fue hallado como parte del ajuar de un entierro que comprendía otras vasijas ya perdidas.

Con ese dato por fin puede cuadrar lo que postule cuando determine que una segunda fase del ampliación del  canal de riego prehispánico cubría  totalmente esta zona y fue durante el periodo que los arqueólogos conocemos como Intermedio Temprano o Desarrollos Regionales, periodo de auge de importantes culturas a nivel nacional, por ejemplo: los Moche y Nazca, por el norte; hacia los Andes, Recuay y en el sur andino, Tiahuanuco.

Los Lima se expande en el valle de Lima aproximadamente desde 300 d.C. Procedentes de la zona norte del departamento logra un gran avance en técnica agrícolas, son perfectos artesanos en la cerámica y construyen enormes edificios públicos. Aunque se reconoce más el uso de pequeños adobes no excluyen el uso de gruesos tapiales, sus obra son monumentales.

Figurinas provenientes de la zona de Horizonte de Zárate.

Como se puede entender, en el valle del Rímac, los lima tenían dos grandes centros urbanos quizás con funciones teocrática a modo de dos capitales en un mismo ámbito, el primero la ciudadela de Cajamarquilla, situada en la zona baja de la quebrada de Huaycoloro (Huachipa); la segunda, muy próximo al litoral la denominada ciudad de Maranga ámbito donde se ubican, el parque de las leyendas y la universidad Católica y la ciudad universitaria de San Marcos.

Estos centros estuvieron articulados por una red de caminos, en el caso de Huachipa, esta parte de Cajamaquilla cruza la zona de Campoy donde se situaban dos plataformas probablemente de este periodo y entra a la quebrada Canto Grande por Zárate para cruzar por Mangomarca, lugar donde se sitúa el denominado templo viejo y siguiendo su trazo por la actual Av. Lurigancho cruza por los desaparecidos montículos de Potreo Tenorio.

Ubicación de la quebrada Canto Grande ne el valle del Rímac, al costado distribución de sitios y evidencias Lima.

De los lima, en San Juan de Lurigancho hemos encontrado evidencias en la cumbre de los cerros Gallo (Límite de Campoy y Huachipa) y San Jerónimo, Rogger Ravines reporta material alfarero en estratos inferiores del sitio llamado Canto Chico. Por nuestra parte hemos hecho un amplio registro de evidencias que se distribuyen desde la terraza o desnivel que separa Zarate y se amplía hasta la zona de la hacienda Flores, parque zonal Huiracocha y Horizonte, llega hasta su límite oeste hasta las faldas de cerro Observatorio. De esta zona proceden figurinas y vasija que hace referencia a su amplia distribución doméstica en esta parte de la quebrada.

Montículo de Campoy, probablemente de origen Lima.

En año 1996, como parte del trabajo de investigación que desarrollamos pude visitar el museo de Puruchuco lugar donde identifique material Lima que procedía de Mangomarca, se trataba de un conjunto de ollas, cantaros y platos vinculados a los hallazgos de Palacios y Guerrero en la zona del Vallecito, al interior del valle (Lurigancho-Chosica) y relacionados a la última etapa de esta cultura, es más, agregaría que la vasija que inspira esta nota también corresponde a esta fase.

Mangomarca inició la construcción del conjunto de plataformas aterrazada (Huaca C) durante este periodo, referencia de su arquitectura primigenia no la detalla Julio C. Tello quien visita el lugar en 1920:
“Todo el edificio está construido mediante el agregado de edificios que primero se elevan sobre el nivel del suelo y, después, por edificios que se elevan sobre terrazas o plataformas, formadas mediante el relleno o destrucción de los edificios anteriores, y protegidos por gruesos muros de contención. Algunas excavaciones y derrumbes que ofrece este edificio, por el lado O, permiten ver que los edificios interiores, cegados, han sido construidos con adobitos rectangulares, o mejor, que han tenido paredes o muros formados con estos adobitos...lo cual pone de manifiesto una superposición de dos estilos arquitectónicos, correspondientes a periodos diferentes” (Tello 1999: 59).

Huaca C de Mangomarca,  conjunto arquitectónico construido por los Lima.(Foto Julio Abanto 2014),

Evidencia de reuso de adobitos lima en una sección tardía de la huaca C. (Foto: Julio Abanto, 1996)

Fragmentos de vasijas lima los hemos hallado en los cerros circundantes y en la misma cumbre de cerro Colorado, demostrando el reconocimiento de este espacio como santuario de las poblaciones antiguas.


Dibujos de material hallado en San Jerónimo (cuencos) y la colección Mangomarca del museo Puruchuco,

No cabe duda que los lima tuvieron un gran impacto en la quebrada, transformaron y consolidaron el paisaje al establecer y mejorar la red de acequias que posteriormente fueron ampliadas por los Lurigancho para finalmente conformar los limites productivos de las haciendas que operan desde la colonia hasta hace 50 años atrás.

miércoles, 5 de junio de 2019

Chikan: la historia de un perro Luriganchino y evidencias arqueológicas de estas mascotas *


Julio Abanto Llaque

Le pondré por nombre Chikan, que significa “único”, “distinto a todos”, así será - Me dijo- muy convencida una amiga cuando por un mensaje telefónico me contó que adoptaría a un perro que un grupo de amigos encontró abandonado en los cerros de Canto Chico, sinceramente pensé que estaba loca, que cómo podría hacerse cargo de un perro tan pequeño, enfermo, esquelético, ciego y de remate feo.

Petroglifo de cerro Cantería que representa un perro de hace 2500 años (Foto julio Abanto,2006)
Sin el ánimo de persuadir su intensión y guiado por la curiosidad de conocer al pequeño animal color marrón, dispuse mi camioneta para ir a recogerlo. Ella lo recibió en brazos muy convencida de brindarle todo el amor ausente, me enterneció esa escena y mientras ella recibía una bolsa de alimento que personas de buena voluntad le habían dado, me dijo: “agárralo un rato” y sin hacerme otra consulta lo dejó en mis brazos, ese pobre animalito con los ojos totalmente nublados temblaba y a la vez mostraba confianza tratando de lamer mi brazo, lo mire y de alguna manera me cautivo, y desde entones sentí que más que cómplice de esta tierna locura debería ser un protector casi un padre para esta nueva mascota.

Lo acomode para que sintiera mi calor y al moverlo note la gran cantidad de pulgas y garrapatas que se habían apoderado de su cuerpo, era necesario salvarlo y darle una calidad de vida. Desconocemos su origen y quienes lo abandonaron, desde ahora tendría una oportunidad, un hogar.

Chikan me ha acompañado a trepar cerro Babilonia y aunque todavía se veía muy delgado y algo inseguro, su pelo fue cambiando y gracias a los cuidados de Anely, mi valiente y generosa amiga, sus ojos se aclararon hasta recuperar por completo la vista. Hoy mi nueva mascota, a quien siempre visito, ha crecido tiene una bella casa de madera obsequio de mis hijos, un colorido collar y el afecto de una hermosa familia.

Así empezó la historia de Chikan con un mensaje en redes sociales, al lado su actual protectora.

Cuando lo veo correr alegre y buscarme con tanto entusiasmo, me pregunto que sería del alegre can si generosas personas no hubieran llegado a su vida y es que esa es la triste realidad para miles de perros abandonados a su triste destino en nuestro distrito.

Según datos que maneja la Fundación WUF, en nuestro país se alcanza la cifra de seis millones de perros abandonados. En San Juan de Lurigancho, donde no existen políticas que miren estos casos, es alarmante el nivel de abandono y sus efectos son percibidos como un grave problema de salud pública. Basta con mirar las calles y parques donde los excrementos se pulverizan y son respirados por los usuarios, perros muertos por intentar cruzar nuestras caóticas calles y la gran cantidad de parásitos que reposan en los parques de nuestra nada sana ciudad.

Es inimaginable como nos comportamos y somos tan indiferentes con nuestros compañeros, el perro como “mascota” ha mostrado una admirable relación con los seres humanos desde tiempos inmemoriales. Ya sabemos que desde hace 10 000 años los humanos tenían como competidores a los lobos y en esa lucha de supervivencia se dieron cuenta que era necesario combinar inteligencia, organización y estrategia de caza, ambos habían desarrollado esas condiciones pero en grupo era más exitosos.

Desde entonces el lobo modificó su forma de vida para adaptarse y mutar en una nueva especio “Canis lupus familiaris”. Los primeros humanos que cruzaron este continente no lo hicieron solos, y acá en los Andes el perro o “alqo” (en quechua), se modificó a una raza que casi es exterminada por el olvido, el perro calato tan impreso en la cerámica chimú, chancay y otras culturas, es una muestra de adaptabilidad a desierto costeño. Hoy considerado como patrimonio nacional.

Ceramio que representa un perro "calato" o biringo de estilo Chancay del 1000 d.C.  (colección de la Sala Jaime del Castillo-MML, Foto: Julio Abanto 2019)

El los andes nuestro perro es tan estimado que en la cosmovisión es el ente que acompaña a los difuntos en su largo viaje. Los incas le dedicaron un lugar en la Vía Láctea y también están  grabado en las líneas de Nasca y se los ha encontrado acompañando la lujosa tumba al señor de Sipan.

En nuestro distrito existe  evidencias de la presencia del perro acompañando a nuestro pueblos antiguos, vemos su silueta grabada en una milenaria roca en la cumbre de cerro Cantería (500 a. C.), al inicio pensamos que se trataba de la imagen de un zorro pero el detalle de la cola arqueada hacia la espalda es sin duda la postura de un can. La primera impresión que se hace de este animal en nuestro territorio.

También hemos registrado sus huesos y las mordeduras que los perros han dejado impresos en restos óseos de camélidos del sitio El Triunfo que datan del 200 a.C. y se ha encontrado representado en ocarinas en el desaparecido Sitio Potrero Tenorio, melodioso instrumento musical de viento.

Su representación es más común como figurinas de barro cocido que debieron ser amuletos o juguetes en los entierros incas de los sitios El Sauce y Canto Chico.

Miniatura procedente del sitio el Sauce (Colección Ruricancho 2019)

Figurina representando un perro, también procedente de el Sauce. (Colección Ruricancho, 2019)

Desde el pasado hasta nuestros días, este animalito se dispone como un fiel amigo de juegos infantiles o un bravo guardián de nuestra propiedad, tampoco imagino a un pastor de nuestra serranía sin un perro, ya los antiguos chiribayas tenían un perro pastor. Sin embargo no logro entender como somos capaces de desampararlos, de permitir que vagabundean como esqueléticas figuras por nuestras calles y sobreviviendo de la basura.

Es más doliente cuando nuestras autoridades le dan la espalda al problema, no existe un empadronamiento de mascotas, un plan efectivo de vacunación y de esterilización si no queremos ver inundada nuestras calles por nuestro propio descuido, es importante considerar este problema como una realidad de salud pública y de moral humana.

Aunque parezca una tarea difícil, vale darle una mirada a la manera tan responsable como Holanda ha logrado solucionar el problema de perros callejeros:
  1. Insistente campaña de sensibilización a la personas que mantienen mascotas
  2. Se ha generado una base legal de protección a los animales
  3. Implementación de agresiva campañas de salud y esterilización
  4. Se han generado impuestos altos para la compra de animales de raza, con el propósito de estimular la adopción de perros comunes.


En consecuencia, no sería difícil plantar una solución para este problema y un buen ejemplo es la ciudad de Arequipa donde es difícil ver perros abandonados. Creo que en el fondo debemos aprender a elegir autoridades con alta responsabilidad y sensibilidad, muchas veces merecemos llamar animales a quienes teniendo el poder no hacen nada para revertir un a problemática tan grave.   

* Esta nota lo dedico a las mascotas que han alegrado mi vida y sin pensarlo se convierten en una parte más de la familia, con todo mi afecta a Molly y Chikan, mis hijos menores.

miércoles, 15 de mayo de 2019

HALLAZGO FRAGMENTO DE LOZA CON MARCA DE FABRICACIÓN EN LOMAS EL MIRADOR, QUEBRADA CANTO GRANDE


Julio Abanto Ll.


Hacia el lado oriental de la explanada situada en la denominada zona Lomas El Mirador, en San Juan de Lurigancho, se encuentra un grupo de estructuras que rodean una especie de observatorio natural. Además de evidencias de un boquerón de mina, muros y corrales en pirca de rocas, se encuentra en superficie un conjunto de restos muy pequeños y dispersos de vidrios, restos de metales, fragmentos de cerámica probablemente prehispánica y colonial. Por la conservación y tamaño de estas evidencias es difícil obtener mayor información para saber en qué momento empezó a ocuparse este lugar y es allí donde cualquier detalle se hace necesario para reconstruir su historia.

Encontrar el fragmento de la base de una vasija que incluya marca de fabricación es importante para determinar la antigüedad del objeto y las ocupaciones existentes en el lugar y eso ocurrió hace algunos años cuando iniciamos labores de limpieza en la zona con los amigos de la organización Haz Tu Mundo Verde, Jorman Cabello y Hernán Baca.


Ubicación del sitio dentro del perímetro del sitio Cerro San Jerónimo. (Fuente SIGDA – Google maps, 2019)

Descripción del sitio
El hoy denominado El Mirador fue integrado a un conjunto de evidencias y componentes arqueológicos que conforman el sitio Arqueológico Cerro San Jerónimo, explorado desde la década de 1990 por Julio Abanto  quien propone un  polígono como parte del estudio de inventario arqueológico para la Municipalidad de San Juan de Lurigancho (2005). El sitio fue delimitado el 2016 como parte del Plan de Monitoreo Arqueológico para la Instalación de torres de alta tensión en toda la cadena de cerros de la margen este de la quebrada Canto Grande.

El sector “El Mirador”, corresponde a una explana de regular dimensión, delimitada parcialmente por un aterrazamiento, el cual se sitúa sobre una lomada que separa la ladera este de esta cadena de cerros con una pequeña quebrada por donde se sube a la cumbre del cerro San Jerónimo.

Al borde del lugar, a un costado de la quebrada se conserva un corral de forma irregular con muros en pirca simple que parece cerrar el acceso a la explanada. Existe, en una parte más baja,  otro muro muy conservado que atraviesa la quebrada y a un costado la boca de una antigua mina.

Una vista al corral de chivateros situado cerca a la explanada (Julio Abanto 2016)
El Hallazgo
Hacia el inicio del talud, en el lado este de la explanada se situaba un antiguo muro de contención muy visible en la foto aérea del 1944 del Servicio Aerofotográfico Nacional, en toda la pendiente se ubican restos de desechos, contenido en un grupo de pequeñas rocas se encontró el fragmento de loza.


 En punto rojo indica la zona de hallazgo (SAN 1944) y recreación del sitio


Descripción:
El fragmento corresponde a la base de una vasija de loza inglesa por sus características y posible diámetro correspondería a los denominados cantora, bacenica o bacinilla, recipiente de uso antiguo para depositar excretas.
Detalle de marca y diseño completo

Fragmento de loza con marca de fabricación y recreación de la forma del objeto

En la marca  o sello de fábrica se lee: Ironstone China, J. & G. Meakin Hanley, refiriéndose a la fábrica Inglesa de los hermanos James y George Meakin, situada en Staffordshire y que inició sus operaciones en 1851, según precisa la página thepotteries.org. En su mismo catálogo el sello en especial se refiere a la producción de loza de barro con inclusiones de mineral de hierro fechado para 1890.(Según: http://www.thepotteries.org/mark/m/meakin_jg.html).


Conclusión:
Sobre la base de este inicial hallazgo podríamos  considerar que el sector Lomas El Mirador fue ocupado desde la segunda mitad del siglo XIX por un grupo de pastores.

Sin embargo, no podemos descartar la presencia de ocupaciones más antiguas, pues debemos considerar la existencia de evidencias arqueológicas tanto en la cumbre como hacia la falda donde se sitúa el asentamiento inca denominado Canto Chico.

Todavía es un enigma en qué momento la mina colindante comenzó a explotarse y que tipo de mineral se extraía, sin duda este lugar tiene mucho que mostrar.


Referencias:
  • Abanto Ll. Julio. (2005) Prospección e inventario de sitios arqueológicos en el distrito de San Juan de Lurigancho. Informe entregado a la Gerencia de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de San Juan de Lurigancho.
  • North Staffordshire Pottery Marks.  J & G Meakin (Ltd). En: http://www,thepotteries.org/mark/m/meaking_ig.html
  • Saavedra Méndez, Jorge (1948). Diccionario completo de las marcas de cerámica. Buenos Aires.

martes, 30 de abril de 2019

LA DEFORMACIÓN CRANEAL EN LAS ANTIGUAS CULTURAS QUE HABITARON SAN JUAN DE LURIGANCHO


Lic. Julio Abanto Ll.

A propósito del hallazgo fortuito de figurinas  de arcilla y entierros procedentes de cerros ocupados por asentamientos humanos, es perceptible como la práctica de deformación craneal era usual en los pobladores del antiguo San Juan de Lurigancho. En esta nota trataremos dar explicación a estas costumbres de alteración corporal y lo común que han sido a través del tiempo y en diversos espacios.

Para contextualizar lo afirmado debemos darle una mirada a la conocida figurina Ichma Tardío (1500 d.C) hallada en El Sauce y que se exhibe en la sala museo Ruricancho del parque zonal Huiracocha; y la segunda referencia, es la de un  cráneo infantil procedente del sitio Cerro Observatorio, situado a la altura de la zona de Las Flores, al costado de la antigua carreta a Canto Grande y que probablemente corresponda a inicios del Intermedio Temprano (100 d.C).

Cráneo hallado en el sitio El Triunfo que muestra un trabajo de alteración craneal (Foto J. Abanto, 2019) 

Sobre la evidencia más antigua podríamos comentar que el referido cráneo fue recuperado por unos vecinos en el sitio denominado El Triunfo, descubierto a fines de la década del 1990, corresponde al entierro de un infante del cual solo conservaron el cráneo por mostrar “rasgos extraños”. En realidad el cráneo muestra una marcada deformación bilobal y los dientes primarios en proceso de brote, por lo que se supone que el individuo debería tener entre 4 a 6 años., los únicos objetos asociados al cuerpo son un piruro de piedra (instrumento para el hilado de fibras) y un dije de concha de caracol marino (Oliva incrassata).

Aparentemente la práctica de alterar el cráneo parece extenderse y ser más común en los periodos tardíos según la evidencia de figurinas que muestran un frontal aplanado de tipo cuneiforme como se aprecia el referido hallazgo del  sitio El Sauce.

Figurina hallada en el sitio El Sauce, expone una deformación del frontal plano. (Foto: J. Abanto, 2010)

Fragmento de figurina con deformación y maquillaje facial en negro, sitio El Sauce (Foto: J. Abanto, 2019) 

Aunque parezca una tortura debemos considerar que desde los inicios de la humanidad, el cuerpo humano, ha sido el lienzo para transformar su estética o incrementar su belleza ya sea con la aplicación de pintura corporal o facial, así como el tatuarse la piel, son cambios que siempre han tratado de resaltar algún sentido en las sociedades antiguas, el maquillaje para imitar o adquirir el espíritu de animales, también para camuflarse con el entorno fue el principal fin en los grupos de cazadores recolectores.

El maquillaje está lleno de simbolismo y expresa la identificación con el grupo, trata de imponer miedo en momentos de guerra o también comunica si uno una persona está en edad para iniciar una relación con alguien. De igual modo el tatuaje, en el caso de sociedades de la Oceanía, es la carga histórica de su linaje. Pero si de transformaciones extremas se trata, el aplicarse cortes, mutilaciones dentales y quemaduras en la piel, son una brutal muestra del proceso que significa cruzar de la adolescencia a la adultez en comunidades africanas.

Ilustración de aparatos para deformación craneal usado por algunas sociedades nativas americanas (Extraído de Enciclopedía Labor: La Vida, Tomo 3, 1957:854)

Realizar modificaciones en le cuerpo, sin duda llega al límite con el alargamiento del cuello mediante la aplicación progresiva de gargantillas, es el caso de algunas tribus tailandesas. Comprimir el crecimiento del pie en el antiguo Japón debió ser una tortura para muchas damas, aún en día existen quienes desean resaltar curvas apretando su cuerpo con el famosos corset. En el rango más alto de modificar el cuerpo se encuentra la deformación craneal.

A diferencia de lo que se cree, la deformación del cráneo no es exclusivo de culturas sudamericanas, las encontramos en casi todos los continentes, ya Heródoto hacia referencia a ello, y muchas figuras de arcilla antiguas, procedentes del viejo mundo, muestran cuerpos con cráneos deformado, los mismos faraones egipcios lucen cabezas manipuladas y ni hablar de los reyes mayas. Es esta percepción de culturas tan antiguas en lugares del planeta que muestran un alto desarrollo, lo que llevó a pensar que estas diferencias corporales eran una prueba de la presencia de seres celestiales en tiempos remotos. Nada más errado pues en Francia, hasta inicios del siglo XX, existían personas en la región de Toulouse que lucían elongación craneal.
 
Una madre Shipiba cargando a su hijo el cual luce un aparato de deformación craneal (extraido de: https://www.pinterest.com/pin/462393086725668161/)


Hoy en día, algunas comunidades de las selvas africanas y amazónicas aún practican la deformación craneal y los primeros exploradores de estos recónditos lugares del planeta fueron testigos de cómo estas prácticas se realizaban desde la temprana edad.

La deformación se lograba mediante prolongadas presiones mecánicas, ya sea con vendajes o aparatos de madera sobre la cabeza de niños desde su muy corta edad, en la mayoría de casos cumplidos el primer mes, con ello se consiguen muy variadas deformaciones, debido a la plasticidad del cráneo cuando todavía están abiertas las fontanelas y la osificación de las piezas óseas están en progreso.

En nuestro país, la cultura Paracas destaca por ser la principal sociedad que muestra cráneos extremadamente alargados el apelativo de cabeza larga, para uno de los yacimientos arqueológicos que descubriera Julio C Tello, en 1925, proviene de un apelativo popular:

“…En efecto, durante el primer y segundo reconocimientos arqueológicos, logramos reunir los cráneos humanos que yacían en los desmontes de las tumbas profanadas. El numero de ejemplares recolectados guarda relación con el área explotada. De este modo pudimos observar la abundancia de cráneos humanos en la  I y II terrazas de Cerro Colorado y en las necrópolis de Arena Blanca y Cabeza Larga.

Los cráneos de la I terraza eran, en su mayoría, de forma achatada y bilobal, los de la II terraza eran de tipo cuneiforme, es decir, con el occipital plano y el frontal alargado oblicuamente; y los de Arena Blanca eran, totalmente, de tipo oblongo y cilíndrico con una hendidura pronunciada en el frontal, cuya forma originó, en la mente popular de los huaqueros y pescadores de Pisco, el mote de  “cabeza larga”…” (Julio C. Tello y Mejia Xesspe, 1925)

Por las descripciones Julio C. Tello, quien además descubre cráneos con almohadillas y amarres para realizar dichas transformaciones, describe tres tipos muy diferenciados:

  1. Bilobal, aquella donde el cráneo adquiera la forma de una “pera”.
  2. Cuneiforme, donde se trata que el cráneo adquiera un aspecto plano y alargado
  3. Tubular cilíndrico, adquiere el aspecto de un  cabeza larga.

¿Pero que sentido tenia aplicar dicha tortura al cuerpo?, sin duda, sobre la base de las investigaciones y diferencias en la suntuosidad de los fardos funerarios se concluye que las deformaciones responden a una diferenciación de estirpe y estatus social. Este concepto de diferenciación se dio hasta la misma época Inca y se encuentra plasmado en figuras de arcilla de la cultura Nasca, Chancay, Chimú, etc. Sin contar los continuos hallazgos de entierros con estas características. Un caso bastante reciente, es la momia de Quispicanchi, dado a conocer por el antropólogo Renato Dávila. La prensa que cubrió la noticia sensacionalizó el tema dando un posible origen extraterrestre al cuerpo de un infante de apenas 50 cm.

Mujer africana con marcada deformación de cabeza alargada (Extraido de: https://www.alamy.es/clase-superior-mangbetu-mujer-con-craneo-alargado-viste-un-mono-de-hueso-a-traves-de-su-oreja-image6017841.html)


Como podemos ver, la deformación craneal encaja como una de las tantas costumbres de nuestros pueblos originarios y la práctica se va perdiendo con el progreso y creemos que dentro de unos pocos años será un recuerdo más dentro de nuestra historia humana.

Finalmente debemos recordar que somos una sociedad que valora la apariencia y que en algunos casos, los seres humanos son capaces de gastar fortunas para lucir diferentes, ahora no usamos el apretón de fuertes vendajes o mecanismos de madera, ahora a eso se llama cirugía.
 

domingo, 31 de marzo de 2019

EVIDENCIAS DE LOS PRIMEROS POBLADORES DE LA QUEBRADA DE CANTO GRANDE

Por: Julio H. Abanto Ll.


El estudio de las primeras poblaciones que se asentaron en el área andina es muy reciente, ahora sabemos que estos primigenios grupos hacen su aparición a fines del Pleistoceno (Holoceno), y que proceden de una serie de oleadas que penetran nuestro territorio desde diversas latitudes. La ciencia arqueológica, denomina a este período  como “lítico” y ha identificado, en el territorio peruano, dos tradiciones o culturas: Tradición Costeña o Paijanense y Tradición Serrana o Lauricochense, nosotros en general la definimos como Precerámico, la que se prolonga desde el 10,000 al 2,000 a.C. y la dividimos en Precerámico Temprano (cazadores – recolectores), Medio (primeros agricultores asentados en aldeas) y Tardío (constructores de templos o inicios de la civilización).

EL hallazgo de artefactos líticos nos revela la presencia antigua de cazadores en la cumbre de cerro Colorado. (Dibujo : JHALL,2019)

En la siguiente reseña nos dedicaremos a la etapa correspondiente a la de “los cazadores – recolectores”, cuyo estudio, identificación y ubicación ha sido todo un reto, ya que encontrar evidencias de los primeros pobladores de quebrada Canto Grande (Anexo 22 de la CC Jicamarca y San Juan de Lurigancho), ha significado una búsqueda de casi diez años e involucró el recorrido de gran parte de los cerros y quebradas del distrito.

El período que comprende la vida de los cazadores recolectores va desde el 9,000  al 6,000 antes de nuestra era y se refiere a los primeros grupos humanos que deambularon por nuestro territorio; eran nómades, formaban pequeños grupos dedicados a una economía de subsistencia basado en la caza, pesca y recolección que en su andar los pudieron aprovechar del rico litoral, del valle, el río y las lomas. Antiguamente la ecología era distinta, lo que permitía el desarrollo de una flora y fauna variada que al consumirla hacía posible la supervivencia de estos grupos.

Podemos decir que la historia de nuestro distrito, se compone de muchos eslabones, uno de ellos y quizás el más importante se relaciona aquellas evidencias que nos ayudan a conocer la verdadera antigüedad de las culturas en esta parte de Lima. Ya para la zona de Ancón y el valle bajo del Chillón se habían identificado evidencias muy antiguas que se denomina complejo “chivateros”. El trabajo que significó detectar establecimientos tan primigenios fue muy difícil, por lo que se orientó nuestra búsqueda a la parte alta de la quebrada, donde la población todavía no había alterado el paisaje natural, por lo general el crecimiento urbano ha terminado por sepultar evidencias arqueológicas y algunas quizás se encuentren a metros del asfalto y cemento.

Nuestra suerte empezó cuando en el mes de Abril de 1999, durante una expedición a la parte alta de la quebrada, en Cerro Babilonia se encontró un artefacto lítico similar a los fabricados por el hombre para este período, Este hallazgo se constituyó en la primera pieza para poder establecer hipótesis sobre la antigüedad de grupos humanos en esta parte del Rímac.

Diversos artefactos líticos (puntas y raspadores). La siguiente foto muestra el interior de la quebrada convertida en un hermoso paisaje después de una semana de intensas lluvias, incluso se pudo ubicar un puquial (Foto: Julio Abanto, 2003).
El año 2000, durante una nueva expedición pudimos conquistar la cumbre norte de cerro Colorado, la que se eleva sobre los 2200 metros de altura, allí descubrimos un grupo de pequeñas estancias y paravientos, estructuras que se encontraban en medio de una gran cantidad de lascas y desechos de talla lítica, nos referimos a un campamento de cazadores. Para nuestra, estos cazadores, antes de abandonar su refugio nos dejaron una pequeña punta de flecha, sin duda fue el hallazgo más relevante que se sucediera en nuestras investigaciones, ya que por fin podríamos asegurar que la historia de nuestro distrito se inició con una pequeña banda de expertos cazadores, hace 9000 años, fue enorme nuestra emoción por lo acontecido, que ante el imponente paisaje nos hincamos al suelo para agradecer a nuestros ancestros por tan maravilloso regalo.

Nuestra atención a la zona alta de Canto Grande, ha significado la identificación de otros sitios con este tipo de evidencias. Sus materiales nos han permitido reconocer a que grupo corresponden y porqué escogieron la parte alta de la quebrada como su espacio de vida.

Como ya hemos dicho, es un hecho que hace nueve milenios las condiciones climáticas eran distintas a las actuales, con una mayor humedad en la costa, que permitía transformar el paisaje desértico en un amplio oasis de neblina en la que proliferan una variedad de frescos pastos y arbustos. La existencia de puquiales proveían suficiente agua a quienes se aventuraban a explorar la zona. Todas estas condiciones permiten la presencia de una fauna compuesta por: camélidos, venados, zorros, vizcacha, gatos salvajes, y diversas aves; algunos de estos animales los hemos identificado como existentes gracias a los restos óseos y excretas que hemos recuperado durante nuestras exploraciones a la zona alta, lamentablemente queda un reducto de área natural en quebrada Media Luna, el último espacio en Canto Grande sin ser ocupado por la creciente comunidad del Anexo 22 de Jicamarca.

El ubicarnos sobre sus pequeñas estancias nos invitó a imaginarnos la sensación de estos cazadores al contemplar, desde estas alturas, la salida del sol; la misma que dibuja la imponente silueta de las altas montañas situadas al este y por el otro lado, una enorme quebrada que los invitó a conquistarla. Hoy sabemos que este grupo estuvo emparentado con la tradición lítica de la sierra, que las herramientas descubiertas son útiles para cacería y procesamiento de la presa, es decir limpiar la piel que es útil como abrigo. Los escasos artefactos recuperados forman parte de nuestro patrimonio y  forman las bases de las futuras civilizaciones que les preceden.

Pequeños refugios, que sirvieron de campamento estacional a los primeros grupos humanos que penetraron la quebrada Canto Grande hace mas de cinco mil años.

BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA:

ABANTO LLAQUE, Julio H.
2018        San Juan de Lurigancho: distrito de historia milenaria. En: San Juan de Lurigancho, historia y Presencia

BONAVIA, Duccio
1990        Perú. Hombre e Historia, de los orígenes al siglo XV. Lima: EDUBANCO.

CHAUCHAT, Claude.
2006        Prehistoria de la Costa Norte del Perú. Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos y Patronato de las Huacas del Valle de Moche

LANNING, Edgard.
1963        A pre-agricultural ocupaction on the central coast of Peru. American Antiquity. (28) 3: 369-371.

SALCEDO, Luís E.
1998        Una Aproximación al Período Arcaico del Área Central Andina. Andesita, 1(2): 1-42.