jueves, 25 de febrero de 2016

CERRO SAN JERÓNIMO, LA ALDEA Y EL SANTUARIO: El Apu de la ciudad de Lima.

Por: Lic. Julio Abanto Ll.

En el año 1996 llegó a nuestras manos un plano colonial de fines del siglo XVIII,  cuyo origen es un juicio por el uso de tierras y aguas del canal de riego en pampa Canto Grande, hoy distrito de San Juan de Lurigancho. Este mismo plano ha sido publicado por la Dra. Victoria Espinosa, en su libro “Cartografía Limeña” (1999: lámina 19). En ese dibujo se aprecia una cruz sobre uno de los cerros, denominado ya desde entonces como San Jerónimo, Santo considerado como uno de los padres de la Iglesia y que consagró parte de su vida a la traducción de los sagrados escritos del hebreo y arameo a una versión que ha sido usada por quince siglos; versión conocida como la vulgata. San Jerónimo es considerado el patrono de quienes dedican su vida a hacer entender las sagradas escrituras, su fiesta se celebra el 30 de septiembre, fecha de su muerte, el año 420.

Plano colonial donde figura el nombre de cerro San Jerónimo (Espinosa, 1999:Lamina 19)
 
Grabado de San Jerónimo (https://es.wikipedia.org/wiki/San_Jer%C3%B3nimo_en_su_gabinete_(Durero) )



Para nosotros, la cruz en la cumbre del cerro San Jerónimo expresa una práctica usual durante la colonia: la extirpación de idolatrías, acto por el cual se juzga y elimina cualquier manifestación “pagana” que va en contra de la lineamientos religiosos cristianos y, en algunos casos, la cruz remplaza a los viejos santuarios o adoratorios prehispánicos.

¿Qué motivó el bautizar la cumbre de este cerro con el nombre de uno de los personajes más resaltantes de la fe católica? Esta interrogante nos condujo a iniciar una serie de reconocimientos de la cumbre, y lo que hallamos corroboró nuestras hipótesis: las pequeñas estribaciones que anteceden la cima están protegidas por los restos de antiguas murallas.

La cumbre de cerro San Jerónimo sirve de límite natural a los distritos de San Juan de Lurigancho, El Rímac e Independencia. Con una altura de 756.30 m.s.n.m, duplica en elevación al tan conocido San Cristóbal y forma parte de la cadena montañosa que define a la quebrada Canto Grande. Las exploraciones realizadas desde 1998, nos permitieron detectar, en su cumbre, una seria de estructuras de planta rectilínea, además de cistas o estructuras funerarias ya saqueadas que albergaron en su interior el cuerpo de sus antiguos habitantes. Pero, ¿quiénes vivieron en la cumbre de un cerro tan elevado?

Estructura funeraria en el lado noreste de la cumbre central (Foto ICR, 2001)


Al pie del San Jerónimo, se encuentran asentamientos arqueológicos como son La Florida (El Rímac) y Pampa de Cueva (Independencia), ambos del periodo que los arqueólogos conocemos como Inicial y hacia el lado de San Juan de Lurigancho se encuentra el asentamiento Ychma-Inca de Canto Chico (Ravines, 1985). Según las evidencias registradas, y en base a los estilos alfareros hallados, se determinó que cerro San Jerónimo presenta una prolongada ocupación desde el Intermedio Temprano, con  presencia de material tardío y evidencias del periodo colonial y republicano.


El Dr. Ravines, durante las excavaciones en el proyecto de rescate en Canto Chico (1996-2000), encontró en estratos aluviales material perteneciente a la cultura Lima, el que según refiere, proviene de acarreo desde las partes altas de los cerros (Ravines: 2004, 97). Sabemos que esta cumbre es considerada como una “huaca” y ya en tiempos posteriores fue el destino de peregrinos que adoraban al referido Santo. Debemos mencionar que sobre este asentamiento no existe referencia bibliográfica.


Descripción del Sitio

En la cumbre, hacia la parte central fácilmente se pueden distinguir una serie de terrazas sobre las cuales existen tumbas huaqueadas. Al lado este de la cumbre se encuentra toda una explanada en la que se disponen diversas estructuras de planta rectilínea; la piedra ha sido seleccionada, notándose que algunas de las unidades tienen forma rectangular. Sobre la superficie se pueden observar fragmentos de cerámica correspondiente a varios periodos (prehispánico e histórico).

Moneda de 1876 hallada en la cumbre del cerro

Asimismo, existen distintas murallas y terrazas que se disponen en la periferia de la cumbre y en niveles más bajos por donde se accede al sitio; este sistema de estructuras que circunda la cumbre hace suponer que existía un acceso restringido, sin embargo, un grupo de peldaños conformados por rocas que suben desde Amancaes y dan a un costado de la cima, lo indica como el acceso principal al lugar central.

Muro sur, bordea parcialmente la cumbre que antecede la parte central del sitio (Foto Julio Abanto, 2016)


Conjunto de estructuras de la cima 1, explanada que da a San Juan de Lurigancho  (Foto: ICR,2001)

Un segundo sector lo constituye la denominada Cumbre 2 que presenta en su cima un espacio conformado por recintos rectangulares bastante juntos que exponen muros rectos. Existen estructuras conformadas por piedras grandes, algunas de mayor tamaño se encuentran hincadas conformado paredes de una y doble cara. También se observa recintos alineados en secuencia. Algunos muros conservan una altura de 50 cm., estos han  sido elaborados con piedras rectangulares, previamente seleccionadas y posiblemente modernas (pastores). En este sector algunos huaqueos exponen batanes, cistas circulares y cerámica. Sobre los recintos arqueológicos es posible que sólo los cimientos merecieran este trabajo para luego terminar las estructuras con un  material más ligero, tomando en cuenta que antes existían en el entorno troncos y arbustos que pudieron ser usados. Es preciso recordar que cerro San Jerónimo se encuentra en pleno ecosistema de lomas, las cuales abarcaban las pampas de Amancaes, es por ello que durante los meses de invierno la cumbre se cubre de una serie de arbustos; en algunos lugares se nota la presencia de excremento de ganado vacuno, caprino y vizcacha, señal de la abundante vida que debió existir en este lugar en diferentes periodos de tiempo.

El panorama actual es bastante lamentable, grupos evangélicos han desmontado los muros y alterado lo que existía, haciendo difícil la observación del lugar

Grupo de estructuras de la cumbre 2, cuando se encontraban en mejor estado al actual (foto ICR 2001)


Pastores y Culto

Sobre las manifestaciones religiosas coloniales y republicanas que giran en torno al San Jerónimo recogimos algunas referencias en el libro: “Rímac, barrio limeño de abajo del puente”:

...la Capilla de San jerónimo, de que también existe una tradición, según la cual, siendo costumbre ordeñar las vacas en la noche, en cierta oportunidad una de las mujeres encargadas con las cuatro vacas de su propiedad que pastaban en la loma, después de cumplir su cometido, se quedó allí dormida una noche de luna, y que, al regresar a su casa a las 7 de la mañana, fue reprendida por su marido amenazándola si no llegaba a vender toda la leche. Apresurada – se dice – salió para efectuar su venta, encontrándose en el camino con un caballero a quien le vendió la leche y, al contarle sus apuros, él le expresó que no temiera, pues antes de llegar adonde sus parroquianos habría agotado sus porongos; y habiendo sucedido así y encontrándose con los bolsillos llenos del producto de la venta. Es él San Jerónimo a quien se le edificó la capilla de santa devoción, el caballero que concedió la gracia; y su culto está a cargo de la Comunidad de lomeros de Amancaes, Mangomarca y anexos (Mariategui O, 1956:118).

En otra referencia se dice que en la misma cima se encuentra una gruta labrada por picapedreros devotos, donde se venera a La Dolorosa. En la actualidad es casi imperceptible encontrar rastros de este culto; solo quedan como reflejo de estas celebraciones fragmentos de botellas, loza y pedazos de botijas.

Antigua huanca de San Jerónimo, hoy luce reducida y pintada (Foto ICR, 2008)

En la cumbre, hacia la parte central se ubica una enorme roca, la cual intencionalmente ha sido partida. Se nota que las fracturas son bastante antiguas, probablemente se trató de una roca esculpida o de especial atención para los peregrinos prehispánicos, fácil podemos pensar que fue el elemento principal de culto que hoy pasa inadvertido y sobre el cual hoy los evangélicos realizan pintas cristianas.

Gruta natural para el lado de quebrada San Hilarión, muestra un cruz, sobre pedestal y gallito incluido, data de 1971, evidencia del culto al cerro por parte de los primeros migrantes de esta parte de San Juan de Lurigancho (Foto: ICR, 2006)

Situación actual

Volver al San Jerónimo causa una enorme pena, es que no es el tiempo, ni el clima el que altera su contenido histórico y natural; es el hombre que con su afán grotesco de lucro y de informalidad ha empezado a poblarla de antenas para emisión de radios piratas. Los religiosos que visitan la zona, mueven las rocas, las pintan, perforan el lugar, alteran todo.

A pesar de existir dos motivos que evitan estos enormes impactos como son su declaratoria como ecosistema frágil (Resolución Ministerial 0404-2013-MINAGRI) y su reconocimiento como sitio arqueológico, es inevitable quitar los derechos de usos que la modernidad condiciona para la instalación de torres de alta tensión. Se dice que los trabajadores dinamitan las rocas de la cumbre, altera las pocas estructuras funerarias que eran visibles hasta hace algunos años y el tránsito fluido de recuas de burritos que son obligados a ayudar en la obra convierten el suelo fértil en un montón de polvo que este invierno no verdeará.

Quizás algo tenga que ver la austera vegetación que durante la estación húmeda le roba gotas de agua a la neblina, quizás hasta la naturaleza ya se cansó de llorar milagrosamente para transformar su montaña sagrada. Ya casi nada queda de aquel imponente paisaje que servía de marco a fiestas inolvidables para el taita San Juan en las pampas Amancaes, hoy inundadas por rústicas casas y perros sedientos. Pareciera que el cernícalo y el aguilucho, amos del cielo, reclamaran con su majestuoso vuelo por aquellos olvidados tiempos.


Linderos establecidos para la protección del lugar, el de arriba como ecosistema frágil y el de abajo, por el Ministerio de Cultura, ambos aseguran mas de 300 ha.





Referencias Bibliográficas:

Espinosa D, Victoria.
1999                            Cartografía de Lima (1654 – 1893). Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima

Mariategui O, Ricardo.
1956                            El Rímac: Barrio Limeño de Abajo el Puente. Rotary Club del Rímac. Lima.

Parroquia Inmaculada Concepción Monte Grande
S/f                               Padres de la Iglesia: San Jerónimo de Estridon. Fascículo 27: 1-6, en: http://www.inmaculadamg.org.ar/images/stories/formacion/padres_de_la_iglesia/27_-_Fasciculo_XXVII_-_San_Jeronimo_de_Estridon.pdf

Ravines, Rogger
1985                           Inventario de Monumentos Arqueológicos del Perú: Lima Metropolitana. INC y Municipalidad de Lima Metropolitana, Lima.
2004                           “Canto Chico, asentamiento prehispánico del valle del Rímac”. Boletín de Lima 22. Asociación Cultural y Científica Boletín de Lima; pp. 93-190.

Taylor, Gerald

1987                           Ritos y Tradiciones de Huarochirí del siglo XVII. Instituto de Estudios Peruanos-Instituto Francés de Estudios Andinos, Lima.

sábado, 13 de febrero de 2016

¿Y DESPUÉS DEL DESALOJO QUÉ? Una mirada distinta a los cerros de nuestro distrito

Lic. Julio Abanto Ll.



Hace un año conversaba con Anna Zucchetti, entonces presidenta del directorio del Servicio de Parques de Lima, sobre la posibilidad de generar áreas verdes en espacios donde la ciudad menos se lo imagina, como el cerro de Proyectos Especiales, por ejemplo. Y es que, en un distrito como San Juan de Lurigancho, la posibilidad de encontrar la disposición de grandes áreas para hacer  uso de suelo parece imposible. Sin embargo, existe entre Canto Grande y Bayóvar varios cerritos que son una especie de miradores naturales y que, además de las antenas para celulares, sus olvidados suelos se han convertido en un apetitoso espacio para el tráfico de tierras y el avance urbano informal.

Desalojo de las ocupaciones ilegales en cerro Proyectos Especiales (Foto: A. Guzmán)


Esto es lo que sucedió con el cerrito de Proyectos Especiales, promontorio que en el pasado formó parte del sistema de geoglifos que ya desaparecieron; tiene un componente histórico cultural desconocido, pero valioso. Y, además, forma parte del paisaje y por tanto su potencial como espacio público se incrementa al ser fácil su acceso y disponer de una pendiente que permite circular por su entorno.



El cerrito Proyectos Especiales formaba parte de la arqueología de la pampa de Canto Grande (Imagen oblicua del SAN, 1944 y croquis de los Geoglifos de Pampa Canto Grande, según Rosello, 1978)


La arquitectura urbana y paisajística fácilmente pueden plantear un mejor uso de este espacio eriazo bajo el propósito de generar un bien común entre los vecinos del entorno; lo mejor es invertir en su recuperación como un espacio de recreación, de descanso y donde ambientes acondicionados puedan sostener una infraestructura orientada a un bien social (biblioteca, salón de terapia para adultos, anfiteatro, ludotecas, auditorios, etc). Ejemplos de intervenciones de paisajes en países vecinos existen por montones, tal es el caso de cerro Blanco o del recuperado cerro San Cristóbal en Chile, así como el cerrito el Molinete de Cartagena en Colombia y la de parque de cerro El Alcázar en España: “El proyecto valora el cerro como espacio vacío de alta calidad visual, donde la ciudad responde al paisaje circundante. Este carácter de vacío junto a la leve topografía, le proporcionan al lugar una gran capacidad de generación de situaciones alternativas. Las tensiones del lugar se convierten en líneas generadoras de la propuesta” (extraído de: http://www.bblab.es/MAIN/proyectos/proyecto_05/proyecto_05-es.html)


Cerro Blanco en Santiago de Chile
(extraído de: http://born2invest.com/cdn/wp-content/uploads/2015/04/222.jpg)


Propuesta de mejoramiento del sitio histórico cerro Molinete en Cartagena
(Extraído de: http://www.masingenio.com/espacio_clientes/cartagenero/wp-content/uploads/2010/01/M2.jpg)


El detalle para estos cambios es estar al cien por ciento convencidos que darle una mirada distinta a estas posibilidades se acompañan de políticas públicas no asistencialistas; por el contrario, se trata de sostener una gestión convencida de que los espacios saludables y culturalmente operantes son la solución a un enorme bolsón de problemas sociales. El efecto es a largo plazo una estabilidad social y de revaloración económica del entorno. Pregunto: ¿qué mejor beneficio que el crecer en un espacio seguro, sano y donde tu propiedad incremente su valor?

Definitivamente necesitamos técnicos y una gestión osada, con capacidad de darle otra mirada a nuestro entorno. Solo así verán que el futuro está en asumir retos desde el lado más difícil, que es hacer las cosas bien, pensando y planificando para el futuro que es a donde uno debe apuntar.